Nos encontramos en Adahuesca, en el aparcamiento que hay junto a la carretera, desde donde nos dirigimos al camino que conduce a la ermita de Treviño. A pocos metros nos desviamos a la derecha por el camino de las fuentes y tomamos, más adelante, un desvío hacia la izquierda. Atravesamos un pequeño barranco y al llegar a lo alto nos encontramos a la derecha con la carrasca Roque de Adahuesca (unos 2 km aproximadamente).
Esta majestuosa carrasca es preciosa y a la vez impresionante, no tiene la envergadura de la de Lecina pero es más uniforme y por supuesto digna de hacerle una visita. Es un paseo muy sencillo y a la vez reconfortante.
Desde crio me he sentido atraído por los árboles y he cuidado, junto a mi padre, muchos de ellos. Había algo que no acabábamos de comprender. En una misma parcela había árboles que no se desarrollaban normalmente, tenían tumores, siempre estaban enfermos y sus frutos eran diminutos. También había puntos concretos donde los árboles morían, plantábamos otro de otra especie y volvía a morir. Plantábamos un metro más separado y ya no morían. Mi padre decía que allí había un misterio que no acababa de comprender. Lamentablemente ya no le voy a poder explicar ese misterio.
Tratando de buscar el porqué de estos hechos si explicación lógica y dado que intuía que podía percibir un poco más profundo… una vez llegada mi jubilación me dediqué al estudio de la Geobiología y Radiestesia.
Poco a poco me fui introduciendo en el tema. Realmente lo primero que hice fue convertirme de la noche a la mañana en zahorí. Estudié las redes electromagnéticas o telúricas de la tierra, las cuales fueron redescubiertas y estudiadas, entre otras muchas personas, por dos médicos alemanes: el Dr. Hartmann y el Dr. Curri. Dediqué muchas horas y días a practicar. Luego vendrían más cosas, algunas de ellas sin explicación lógica ni para la ciencia ni para uno mismo.
Nunca había visto un plano tan completo como el que pude realizar en la ermita y las ruinas del monasterio de Treviño. Fueron 6 tardes las que necesité para realizarlo, aparte de un gran esfuerzo mental por la complejidad de corrientes de agua que allí había.
Después comencé con los árboles para ver hasta qué punto les afecta, para bien o para mal, todo esto y especialmente los triples cruces (un cruce de venas de agua, otro de la red Hartmann y otro de la red Curri) que son los que más radiación generan. También afectan a muchas hortalizas de la huerta o a las flores de casa.
Solo con ver el árbol intuyo, normalmente, qué le ocurre. Si un pino tiene un triple cruce en uno de los lados, se suele inclinar hacia el lado contrario huyendo de estas radiaciones. A otros tipos de árboles les quema o se pudre la parte afectada. Las oliveras pueden quedarse anémicas, partidas por la mitad o dejar hueco su tronco. A veces brotan por los lados donde no les llega esa radiación y si lo tienen en el centro del tronco, tardan más o menos años, pero la mayoría terminan muriendo. En el caso de los almendros suelen morir a los 6 meses de ser plantados.
Normalmente todos los grandes árboles que he estudiado suelen tener un doble cruce de las redes magnéticas en el centro del tronco, pero no tienen cruce de agua, aunque sí venas por los lados. Estas redes magnéticas posiblemente les favorezcan en su desarrollo aparte de que sus raíces son capaces de profundizar muchos metros para encontrar el agua.
He visto, cortado y he estudiado infinidad de carrascas pero nunca he visto una tan singular como la carrasca Roque de Adahuesca.
El secreto que nos tenía guardado esta carrasca es algo asombroso, está totalmente hueca en su interior, parece increíble, el diámetro del hueco es de un metro aproximadamente y la altura posiblemente llegue a la parte superior del tronco. El diámetro de este tronco es de poco más de un metro, está todo quemado o podrido interiormente, se ve un poco por el pequeño hueco que hay en el exterior pero para verla bien hay que sacar fotografías interiormente.
Al estudiarla se comprueba que tiene un triple cruce en su interior, las venas de agua proceden una del norte y la otra del noroeste, esta es la que lleva más caudal, lo cual explica por qué está hueca por dentro y el daño que pueden producir estas radiaciones con el paso de los años. Aun así se conserva como si nada le sucediera, es increíble la resistencia de las carrascas a estas radiaciones.
Pero lo más curioso de todo es que, al estudiarla con el biometro de Bobis, se observa que es capaz de armonizar todas estas energías negativas en positivas en todo el perímetro que alcanzan sus ramas, dando una media de 13500 UB al lado del tronco, aunque naturalmente al alejarte va descendiendo.
La escala que yo utilizo es de 1 a 30.000 UB. La media que dan los cruceros, iglesias etc. es la misma que la de la carrasca. Hay sitios como en el porche de la entrada a la Virgen de Treviño desde el claustro, donde llega al máximo, 30.000 UB.
Deberíamos valorar y disfrutar mucho más de estos espacios tan especiales porque son unos lugares un poco mágicos que incluso nos pueden beneficiar.