El martes comenzaron los trabajos de instalación de un vallado perimetral en la iglesia de San Nicolás del castillo y un andamiaje con forma de túnel en la puerta de entrada al inmueble. El Ministerio de Hacienda adjudicó el contrato a la empresa Prames y marcó un plazo de ejecución de quince días.
Todo apunta a que las obras acabarán a mediados de mes. El vallado y el andamio son las medidas de seguridad ante posibles desprendimientos de cascotes de las fachadas. El castillo permanece cerrado desde el uno de junio por orden de la Dirección General de Patrimonio.
El equipo de gobierno ha mostrado su satisfacción por la inminente reapertura del castillo y, a la vez, ha recordado que es la Administración central, en su condición de propietaria del monumento histórico-artístico nacional, la que tiene la obligación de mantenerlo en buen estado.
La alcaldesa, Rosa María Lanau, indicó días atrás que hace tiempo que los Ministerios de Hacienda y Cultura no destinan una partida importante a la restauración de la fortaleza templaria. «Nos merecemos bastante más que un vallado y un andamiaje provisionales», remarcó.