La exposición de arte minimalista estará en Barbastro hasta el 18 de Junio, de lunes a sábado de 18.30 a 20.30.
El minimalismo es un movimiento cultural que puede impregnar todas las disciplinas artísticas y que puede ser aplicable a cualquier manifestación cultural o situación cotidiana. Es una caracterización transversal que, a día de hoy, es usada siempre que algo es despojado de todo accesorio innecesario.
En el terreno de las artes podemos hablar de pintura, escultura, arquitectura, diseño o música minimalistas que, en un ejercicio reduccionista, aspiran a la creación de obras esenciales donde no tiene cabida ningún elemento decorativo, dejando la estructura desnuda y visible.
Menos es más
Su origen está en la frase del arquitecto Mies Van der Rohe, “Menos es más” y surgió en Estados Unidos en los años 60 como un intento de llevar el suprematismo de Malévich a sus últimas consecuencias, a la vez que se desmarcaban de las tendencias realistas, del pop o del expresionismo abstracto.
Irene Val transita por estas vías, aunque ella aboga por la unión de lo minimalista con lo orgánico y también en un cierto sentido con lo Povera. El minimalismo y el arte Povera frecuentemente se muestran en simbiosis, pues ambos movimientos aparecen, en muchos artistas, como complementarios, como el caso del italiano Giuseppe Penone.
Irene Val, en sus composiciones, realiza distintos collages en los que introduce elementos reales de la naturaleza como troncos, hojas secas, ramas, fósiles, hongos, en variadas formas junto a ciertas redes biomórficas u otros componentes que crea con escayola.
El blanco
Uniformiza las obras a través del color, blanco en esta exposición. (También tiene otras obras que realiza en blanco y negro) El blanco en nuestra cultura es un color que simboliza la pureza, lo limpio, y es un deseo de la artista y arquitecta que se entienda su obra como una reivindicación de la naturaleza en su estadio primigenio, sin la contaminación que en esta época del Antropoceno hemos infligido al medio natural.
Una reivindicación por la preservación del medio natural, en contra del cambio climático y a favor de todo tipo de ecologismos. Unos objetivos loables que le dan un plus semántico a unas realizaciones bellas, delicadas y plenas de lirismo.
Apuntar, finalmente, como sugirió María Maza el día de la inauguración, que todas las tendencias biomórficas entran en una cierta contradicción con el empeño de encerrar en marcos cuadrados estas piezas, que seguramente sin ellos se disfrutarían sin ningún tipo de encorsetamiento. Y, sin duda, son las piezas escultóricas o instalativas las que desde mi punto de vista tienen más interés, como, por ejemplo, Pradera.
Anímense a visitar esta exposición de arte minimalista en Barbastro. Seguro que les resultará una gratísima experiencia.
Si desean profundizar y ampliar conceptos visiten el blog de la autora: minimalismoorganico.blogspot.com
(El montaje es manifiestamente mejorable)