Los Reyes Magos han llegado este año más como magos que como reyes para depositar sus presentes en el portal-hemiciclo de la carrera de San Jerónimo madrileña. Los otrora oro, incienso y mirra se han trocado este año en un muñeco (o moñáco que decimos en aragonés) no necesariamente diabólico comúnmente conocido por el nombre de Pedro y apellidos Sánchez Perez-Castejón. Sí, él es Pedro y en su nombre y el de quienes le votaron edificará un gobierno, esperemos más pronto que tarde, que será el primer ejecutivo de coalición desde los tiempos de la Segunda República. Venga pues.
Alguna vez tenía que ser la primera y la muerte del tradicional turnismo bipartidista hegemónico PP – PSOE ha inclinado la balanza por el lado izquierdo de la ecuación, con una x por despejar que ríase Vd. de los jeroglíficos del antiguo Egipto o de la escritura celtíbera que tan a la mano nos cae. Esto ha sido carbón para unos y el Gordo del Niño para otros, paradójica y precisamente a quienes no les cae gordo el niño. Casualidades de la vida. Pero hablando de premios el mayor se lo ha llevado el socio menor de la futura coalición, Unidas Podemos, que habiendo pasado de 71 diputados a 35 en menos de un año, un desastre político de muchísima magnitud, a día de hoy, cautiva y desarmada su corriente interna denominada “ Anticapitalistas “ el sector oficial de Pablo Iglesias y sus cuates ha alcanzado sus últimos objetivos gubernamentales, a saber: una vicepresidencia para el conducator de Galapagar y cuatro ministerios para sus principales caporales, naturales o asimilados, incluida la esposa del amo Pablo en una operación Galapagar bis. Igualámelo. No te digo que me lo mejores. Igualámelo. Vistas así las cosas yo también hubiera llorado en las Cortes, de risa por supuesto, para poner en la historia una escena histriónica derivada de la primacía del hemisferio emocional del cerebro sobre el racional. Si con emociones vamos a hacer política apañados estamos.
Pedro Sánchez es valiente, esto es innegable, con el matiz de que para sus opositores la valentía no es tal, sino imprudencia y temeridad. Hasta ahora sus apuestas le están saliendo bien, a grandes rasgos y con algún borrón importante, pero esto no constituye ninguna garantía de que en el futuro esta inercia se mantenga. Es más, la mala visibilidad del panorama inmediato es indiscutible. Dos agendas principales marcarán su día a día: la social y la catalana. En cuanto a la primera cubrirá espacios de protección social y de reformas del mercado del trabajo que un gobierno de derechas no hubiera implementado. Veremos con qué fortuna. En cuanto a la segunda el señor Sánchez va a ejercer de aprendiz de brujo con un valioso as en la manga: el reparto del poder territorial. Como las elecciones en Cataluña es muy muy probable que se convoquen este año, Esquerra Republicana de Cataluña ( ERC ) contará con el apoyo del Partido Socialista de Cataluña ( PSC ) y de En Comú Podem ( ECP ) para ganar la presidencia de la Generalidad y conformar un gobierno que reedite, seguramente, el tripartito de años ha. Tú me apoyas en Madrid y yo en Barcelona. Se negociará un nuevo Estatuto de Autonomía, lógico, aunque habrá que estar atento a su contenido, y se consultará sobre su aprobación al cuerpo electoral catalán. Continente y contenido. La consulta y el objeto de la consulta. Lo demás fuegos artificiales, mucho ruido y rebombori. Por la cuenta que les trae al PSOE y a ERC deberían trabar un buen acuerdo entre ellos, entre partidos, porque se juegan el reparto de poder y la estabilidad de la legislatura para ambos gobiernos Madrid-Barcelona, ambos españoles ( ésto es de Perogrullo ), uno el estatal y el otro de la comunidad autónoma de Cataluña, por más que asistamos a teatros semánticos de diversa índole. Todo esto puede salir mal, claro, hay mucho riesgo, pero podemos asistir, a efectos de gobernabilidad, a la puesta en escena de un “pentapartito“ a la italiana. La unión del voto en el hemiciclo de PSOE-Podemos-ERC-Más Pais-PNV ( Partido Nacionalista Vasco ) da la mayoría absoluta. Es un ritmo que, si ERC gana en Cataluña, tendrán que coordinar entre parlamentos y gobiernos, pero La Moncloa y Sant Jaume bien valen una rebaja de expectativas políticas y una legislatura larga ( como París bien valió una misa ). Eso sí, el presi Sánchez tendrá que ir consultando muy frecuentemente el termómetro demoscópico de la intención de voto hacia su partido pues la italianización de su gestión, su desgaste, puede ponerlo al pie de los caballos. Y lo que no va a faltar es tensión.
Desde el frente económico sin novedad. Seguramente ni se acometerán grandes reformas estructurales dado el rompecabezas parlamentario. Ni las agencias internacionales de calificación de riesgo crediticio, ni los gabinetes de análisis de las grandes instituciones financieras de los sectores público y privado, ni los grandes inversores han mostrado la más mínima inquietud ante el nuevo gobierno español. Con un Brexit, una Italia y el episodio griego, el estado de la cuestión española es una fruslería. ¿Quién dijo miedo?. Para despejar dudas ahí está la vicepresidencia económica en manos de la ortodoxa Nadia Calviño. El entorno económico internacional, según sea éste, es ya desde hace años el amueblador o desamueblador de los Estados dentro de la Unión Europea. La suerte está echada. No demos nada por sentado, en ningún sentido, no sea que tengamos que comérnoslo…sin patatas.