Este manantial de Morilla es un pozo fuente, pequeño, pero curioso y a la vez desconocido, incluso para la mayoría de las personas del lugar. Se encuentra todo enterrado a una profundidad aproximada de unos 3 a 4 m., por lo que el agua solo se ve cuando sale al exterior a 2 km, por la fuente del pueblo
Su construcción también es muy interesante y distinta a la de otros grandes pozos fuente
La idea de construir el pozo a unos 2 km del pueblo, en la parte alta, al pie de la cantera, al lado de un barranco, fue bastante ingeniosa y también costosa. De esa manera podían bajar el agua por su propio peso con tubos de cerámica hasta el mismo pueblo, donde construyeron la fuente, una arqueta, el abrevadero para los animales, las pilas para lavar, luego la balsa para recoger el agua sobrante y poder regar algún pequeño huerto. Esto era muy común en muchos pueblos del Somontano, la ventaja era mucha ya que no tenían que bajar escaleras para recoger el agua, todo funcionaba por su propio peso.
Los huertos se regaban a cubos y ese fue mi primer trabajo. Cuando salía de la escuela lo primero era merendar e ir a regar el huerto, luego jugar y a continuación los deberes. Debía de ser muy pequeño, porque no era capaz de llevar más de medio cubo y eso que nuestro huerto estaba al lado de la fuente. Otros no tenían la misma suerte.
Aquel huerto siempre estaba seco, no sé cuánto tiempo tardé en poder llevar los dos cubos llenos, pero eso ya era una gran ventaja. Las broncas que me echó mi padre cuando llegó el agua del canal y veía aquel huerto todo inundado de agua.
Yo le decía, no se preocupe que este huerto ha pasado mucha sed, ya se la beberá toda. Y así era, a las pocas horas el agua había desaparecido. Claro yo lo hacía para evitarme tener que regar tanto y a la vez recordando todo lo pasado.
El pozo de Morilla
Este pozo está construido con piedra arenisca de muy buena calidad y muy bien tallada. Lo más probable es que la extrajeran de la cantera próxima. El pozo se conserva intacto, igual que cuando se construyó, no se sabe que haya sufrido ninguna reforma. Tan solo bajé en una ocasión y no vi ni un solo deterioro en su estructura y eso que no se sabe cuándo se realizó, pero tiene cientos de años.
Se desciende al interior por un pozo vertical cuadrado de un metro de lado, hay unas hendiduras en las piedras para poner los pies, pero es más seguro bajar con una escalera. Una vez que has descendido sobre unos 3 m, se accede a un recinto de torno 2 x 2 m, con el techo abovedado, todo en piedra picada y con una altura superior a 2 m.
Este habitáculo hace las veces de arqueta y decantador para que se depositen los sedimentos que pudiera arrastrar el agua. De allí, parte un túnel a un metro de altura, unas medidas aproximadas de 1 x 1 m y unos 5 o 6 m de largo en curva, por lo que no se ve por dónde brota el agua.
Como mi curiosidad pudo más que el miedo en aquella visita, me adentré en el túnel, con la ayuda de una linterna, para llegar a ver por dónde brotaba el agua, y comprobé que salía de la roca madre por una rendija en forma de triángulo pequeño.
Tan solo hay una vena de agua que procede del NO y es recogida por un canalillo picado en todas las piedras del túnel para conducirla a la arqueta. El canalillo se veía gastado por el paso del agua, pero muy poco. Una vez que cae el agua en la arqueta, en un nivel inferior al túnel, se encuentra la salida de la tubería con una alcachofa, que creo es de latón agujereado, que hacía las veces de filtro. Por debajo del pozo pasa otra vena de agua caudalosa pero más profunda a 10 o 12 m.
Para realizar toda la obra, como no hay nada escrito, nos lo imaginaremos: Lo primero sería una pequeña excavación donde previamente el zahorí hubiera marcado la vena. Una vez localizaran por donde salía el agua y su caudal, y comprobaran que fuera potable, la desviarían para poder seguir excavando en un terreno suficientemente estable para que el pozo no cediera.
Está situado en uno de los laterales del barranco. Una vez terminada la obra conectarían el túnel con la salida del agua y si todo funcionaba correctamente, lo volverían a enterrar todo, dejando tan solo una abertura para su mantenimiento.
Después, es de suponer, que harían la excavación para colocar la tubería, siempre manteniendo un pequeño desnivel hasta que salvaran el montículo que hay entre el pozo y el pueblo. A partir de ese punto ya no tenían problema porque el desnivel era mayor.
La diferencia de nivel entre la salida del pozo y el pueblo la harían como comúnmente se dice, a ojo, desde el montículo que separa el pozo del pueblo, ya que estos no se ven. No creo que tuvieran que utilizar algún nivel de agua u otro sistema como tablillas de madera que supongo conocerían.
El montículo lo salvaron haciendo un túnel en piedra de unos 100 m, la tubería cada pocos metros tiene una arqueta, que la utilizaban para limpiar las venas que se les introducían a través de las juntas de los tubos e impedían que circulara el agua.
Para su limpieza solo recuerdo en una ocasión ver como estiraban muchas personas una cuerda y ver salir madejas de raíces de su interior.
El caudal del agua nunca ha mermado ni en las sequías más extremas, el agua era muy buena para beber, aunque siempre decían que llevaba un poco de cal.
Mi padre, el cantador de jotas de Morilla, a quien muchas personas de edad de los pueblos del Somontano todavía recuerdan gratamente, por su gran voz y su personalidad (lo cual es de agradecer), en su época de alcalde pedáneo, debía estar muy cansado de hacer viajes, desde la fuente a cubos, para llenar la tinaja de cerámica con tape, para evitar que algún crío se cayera de cabeza. Este tipo de tinajas se encontraba en las cocinas de la mayoría de las casas.
También estaría cansado, supongo, del mantenimiento de la tubería, por lo que decidió acometer una obra que muy pocos pueblos tan pequeños como éste, en aquel tiempo, fueron capaces de realizar:
El abastecimiento del agua por las casas y el alcantarillado de Morilla
Hay que decir que no todos los pueblos tenían la suerte de tener el manantial a una altura suficiente para que llegara el agua a todas las casas por su propio peso. Construyeron toda la tubería nueva desde el pozo hasta las casas y un depósito. Una vez superado el montículo, la obra del pueblo la tuvieron que realizar toda en piedra con martillos neumáticos y barrenos.
La obra costó un total de 458.599 pesetas. Mi padre consiguió de la Diputación Provincial una subvención de 380.000 pesetas, el resto, 78.599 pesetas, las pagaron los vecinos del pueblo por metros de fachada. Esto era lo que más le preocupaba a mi padre porque había familias con muy pocos medios.
Es de suponer que en todo este proceso en Huesca, le ayudara un familiar con un alto cargo en la diputación, no obstante mi padre se tuvo que mover mucho para realizar esta obra.
La fuente sigue manando agua, pero no hace muchos años, al ser el caudal insuficiente debido al aumento del consumo y las contaminaciones que sufren los acuíferos, se hizo un depósito nuevo y ahora se abastecen del canal como la mayoría de los pueblos.