El incendio producido el verano de 2006 en Peralta de la Sal y que devastó hectáreas de bosque tuvo graves consecuencias medioambientales no sólo en la comarca de La Litera sino también en el Cinca Medio. Según un informe encargado por el Ayuntamiento de Monzón, la pérdida de la masa vegetal tuvo una implicación directa en los daños originados con motivo de la riada del Sosa, afluente del río Cinca, y que transcurre por el casco urbano montisonense procedente de la comarca vecina, del 15 de agosto de 2006. Ese mismo informe, cuyas conclusiones hizo públicas ayer el Consistorio ribereño en una nota de prensa, indica que la devastación por el fuego de la masa forestal contribuyó a que el caudal del Sosa llegara a tierras mediocinqueñas con un 30 por ciento más de agua y por lo tanto provocara las anegaciones de portales, bajos y destrozos en la vía pública y en los vehículos estacionados.
Tras la aparatosa riada del Sosa, y a tenor de los considerables daños que llevaron a su declaración como zona catastrófica, el Ayuntamiento de Monzón encargó un estudio a una consultora para determinar los riesgos de inundación y las zonas que se podrían ver afectadas en función de varios parámetros, y también para conocer las medidas preventivas más oportunas para evitar nuevos desastres.
Una de las conclusiones emitidas incide en la importancia de la restauración hidrológico-forestal de la cuenca del Sosa, pues la masa vegetal actúa de freno de las avenidas.
Cabe recordar que el incendio que se desató en Peralta de la Sal en agosto de 2006 quemó unas 1.300 hectáreas (el 7 por ciento de la superficie de la cuenca), y esta pérdida de vegetación incrementó un 30 por ciento el caudal máximo de la avenida respecto del que hubiera circulado si el fuego no hubiese causado daños.
El estudio fue encargado por el Departamento de Urbanismo durante el pasado mandato municipal y en él se detallan las zonas de riesgo sensibles de sufrir inundaciones del casco urbano e indica la necesidad de adoptar medidas en las unidades de ejecución del casco urbano por desarrollar y que podrían estar afectadas por periodos de retorno de inundación.
El actual concejal de Urbanismo y de Medio Ambiente, Miguel Aso, considera que esta conclusión arroja «un dato bastante elocuente de la importancia que tiene la masa forestal para evitar inundaciones y por lo tanto de su conservación en las cuencas».
El Ayuntamiento de Monzón está trabajando junto a Confederación Hidrográfica del Ebro «con la posibilidad de ampliar la zona de protección del cauce con nuevos muros o la consolidación de estos aguas arriba del casco urbano hasta la altura del puente del ferrocarril, y canalizar la zona de posible riesgo», apunta Aso.
Otra medida que surgió tras la riada, está ya adoptada, es que el organismo de cuenca ha colocado unas alarmas que en caso detectar riadas alerta con suficiente antelación a la población.