El diplomático más popular de España, Inocencio, Chencho, Arias, recalaba de nuevo en Barbastro en julio para para presentar en el salón de plenos del Ayuntamiento su libro ‘Esta España nuestra. Mentiras, la nueva Guerra Fría y el tahúr de la Moncloa’, un ensayo en el que analiza, con el poso que da la experiencia de ser privilegiado observador, los cambios del Mundo desde la segundad mitad del siglo XX hasta el conflicto de Ucrania, la crisis catalana y el sanchismo.
El embajador más mediático critica en su libro la deriva del Gobierno socialista, o sanchista, hacia “una situación preocupante, no en el tema económico, sino en la integridad del país.
España está en un momento en que su unidad, que marca la Constitución está en claro peligro. Por las tensiones separatistas que siempre han existido, pero que ahora son consciente o inconscientemente alimentadas por el propio Gobierno, sobre todo por su presidente”.
La ley de amnistía, la reforma fiscal, entre otras medidas “desobedeciendo a los órganos de las institucionales españoles” consiguen que “cada año se da un pasito en esa dirección disgregadora. Y una vez más, una vez que ocurra algo que ponga a Cataluña en el disparadero, lo mismo ocurrirá después en el País Vasco y Dios sabe en qué otras partes de España”.
Reflexiona también el andaluz sobre la figura del Rey y el “menoscabo” que profesa a su juicio el gobierno de izquierdas. “La monarquía no puede ir más allá de lo que le permite a la Constitución. Los dos reyes que hemos tenido desde que llegó la democracia, el padre y el hijo, son súper respetuosos con la Constitución. Y si al Gobierno le presentan una ley aprobada en las Cortes, el Rey, le guste o no le guste, tiene que firmarla. A este Rey y a su padre, no se les puede culpar que hacen caso omiso la Constitución, que borbonean, como se decía antes, en absoluto. Han sido respetuosos y se les hacen desaires constantes».
«Recordemos que, en los últimos viajes del Rey al extranjero, en la toma de posesión de Milei no le acompañó ningún ministro. Y el artículo 64 de la Constitución dice claramente que deben acompañarlo. Al Gobierno le importa un pepino opacar al Rey, o hacer le un desaire”.
En clave internacional también habla de los sonados desencuentros con el gobierno de Argentina, de la estratégica relación con Marruecos o del futuro de EE.UU. con las próximas elecciones.
Con Argentina, asegura “estamos quedando mal. Desde luego Milei se excedió en los calificativos con la mujer del presidente. Pero toda la secta sanchista ha comprado que hubo una ofensa a las instituciones y democracia española. Si hubo una ofensa fue a la mujer del presidente. Pero no se recalca que Milei no empezó este quilombo, esta caterva de insultos entre ambas partes, lo empezó el Gobierno español que no felicitó a un presidente de un Estado iberoamericano tras ganar las elecciones. Yo tengo muchos años y no recuerdo ningún caso. Luego va el Rey a la toma de posesión y no le acompaña ningún ministro. Y para culminar la faena taurina, un ministro del Gobierno español lo tacha de drogadicto. Entonces, si después el presidente de la República argentina contesta insultando a la mujer del presidente, a mí no me gusta, pero no lo encuentro extraño”.
Y sobre Marruecos, critica que Sánchez haya abandonado al Sahara a la suerte del reino alauita: “Ha hecho algo inconcebible, sin consultar a nadie ha entregado el Sahara rompiendo la doctrina de Naciones Unidas, la práctica española y el programa del PSOE. Esto es un misterio de la Encarnación. El propio Sánchez es un misterio”.
Y sobre las elecciones norteamericanas y la candidatura de Joe Biden considera “que hubiera sido mejor presidente que Trump. Es un hombre honrado y ha sido un buen presidente pero ya no está en condiciones de dirigir el país líder de Occidente”.
Su último libro
En su libro a su vez realiza un ejercicio de política ficción y asegura que de haber ganado la guerra civil la II República, España “hubiera sido un país muy cercano a la Unión Soviética, que no era precisamente un modelo para imitar. Junto a la Alemania nazi es el régimen más bochornoso del siglo XX y Stalin junto a Hitler es el personaje más canalla del pasado siglo. La República española hubiera sido vasalla, muy servil”.