La Escuela Politécnica Superior de Huesca acoge los estudios sobre el suelo en Aragón, vinculados a sus titulaciones de Ingeniería Agroalimentaria y Ciencias Ambientales
(4 de diciembre de 2014) Un equipo de investigadores del Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza, coordinado por el profesor
David Badía, ha completado un estudio sobre los suelos de
los viñedos de la de la Denominación de Origen Somontano en la localidad ribagorzana de
Secastilla y su entorno. Conocer las características del suelo para adaptar el manejo y las variedades cultivadas de esta zona, más elevada que la mayor parte de las dedicadas a la producción de esos vinos, es la finalidad de este trabajo, que ha financiado
la bodega Viñas del Vero, y que se completa con la elaboración de materiales divulgativos para los aficionados al turismo enológico.
Los profesores Clara Martí, José Casanova y José Antonio Cuchí, han realizado, junto a David Badía, este proyecto que ha permitido conocer múltiples propiedades de los suelos, como su contenido en nutrientes o su capacidad de retención de agua disponible para la viña, e incluso la distribución espacial de los suelos, con el objetivo de optimizar el manejo agronómico del binomio suelo-viña.
Secastilla, que está situada en las proximidades de la confluencia de los ríos Cinca y Ésera, en el extremo más oriental de la Denominación de Origen Somontano de Barbastro, presenta ciertas peculiaridades dentro de ella, por su relativa altitud -los viñedos se sitúan entre los 550 y los 750 m de altura-; y por su especial relieve -una sucesión de pequeñas colinas entre barrancos- que acogen, en poco terreno una amplia variedad de materiales en suelos. Gravas, yesos, arcillas, o terrazas aluviales conviven en este espacio, señala David Badía, exigiendo por un lado un mayor esfuerzo en la diversificación del manejo agrícola; pero ofreciendo, por otro, la posibilidad de diferenciación de los vinos que producen.
Además de todo ello, el estudio ha generado material divulgativo que la empresa Viñas del Vero utilizará sobre el terreno en el creciente sector del eno-turismo. Paneles divulgativos que sintetizan la evolución del relieve a lo largo de millones de años, perfiles de suelos en campo, para su observación e interpretación in situ, o colecciones de rocas presentes en los suelos de la zona, pretenden hacer visible para el visitante, no sólo el interés agrícola, sino también el paisajístico y geomorfológico de esta zona, que muestra testimonios de su evolución desde que era un delta marino, hasta nuestros días.
Profesionales y aficionados a la viticultura, a la enología o a la interpretación del paisaje, podrán disfrutar del material didáctico generado gracias a este proyecto, que complementa los recursos divulgativos -itinerarios o monolitos de perfiles, entre ellos- ya presentes en viñedos y bodegas. Se trata de situar la investigación, en este caso en relación a los suelos, “dentro de una línea de promoción del emprendimiento” que vincula, a su vez, el sector primario y el terciario, señalan sus impulsores.
Día y Año Internacional del Suelo
El 5 de diciembre se celebra, desde su declaración en 2013 por Naciones Unidas el Día Mundial del Suelo. También en ese año este organismo acordó que 2015 fuese el Año Internacional del Suelo. Con ello se pretende sensibilizar a la población mundial sobre la importancia para la vid y la seguridad alimentaria de ese recurso natural limitado y frágil de apenas dos metros de espesor.
La Escuela Politécnica Superior de Huesca acoge en Aragón los estudios de Ciencias del Suelos, en sus titulaciones de Ingeniería Agroalimentaria y Ciencias Ambientales, y buena parte de la investigación de la comunidad sobre esta materia. Este centro acogerá durante este año diversas actividades vinculadas a esta temática impulsadas por sus profesores, para sensibilizar sobre la importancia tanto del estudio del suelo, como de su conservación.
“Para formar un milímetro de suelo se requieren entre 100 y 1000 años, de ahí que el suelo sea un recurso natural no renovable a la escala de la vida humana”, señala la Sociedad Española de Ciencias del Suelo de cuya junta directiva forma parte David Badía. “Por consiguiente, los suelos de un país deben protegerse”, continúan, frente a amenazas como “la erosión, la salinización, la contaminación, el agotamiento de nutrientes, la compactación, o el sellado por construcción de edificios e infraestructuras, entre otros procesos de degradación”.