Las familias integrantes de la Casa Canguro de Abiego nos hacen llegar su preocupación, desolación, enfado ante la incertidumbre, a estas fechas, respecto a sí este servicio tan demandado para la conciliación de la vida laboral en el medio rural va a seguir activo. Se encuentran a la espera de que la DGA permita a FEACCU la apertura de este espacio que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento. De no ser así, barajan una alternativa, pero confían en que la primera semana de septiembre puedan contar con su Casa Canguro, que tanto esfuerzo les costó conseguir el año pasado.
“Es duro para todos, es muy difícil, pero por favor, párense un segundo y ojeen la realidad que nos rodea. Pese a encontrarnos en plena pandemia, hay proyectos tan bonitos, con tanta vocación y espíritu, que siguen manteniendo la cohesión de unas familias que perseveran en llevar adelante un proyecto educativo esencial para la supervivencia del medio rural. ¿Con un ratio tan pequeño, en pueblos tan pobres, de verdad es necesaria tanta negación e incertidumbre?
Padres y madres, Ayuntamiento, asociaciones, burocracia, trabajos, personas, niños y niñas, cuidadoras, todos han puesto de su parte, de su esfuerzo, y todos seguimos aquí, porque queremos vivir aquí y conciliar aquí, a un precio justo y con unas condiciones justas, que nos aporte estabilidad y nos permita de una vez atender a las necesidades de nuestros más pequeños, los más olvidados en estos momentos.
Necesario es que se cuente con estas entidades que apuestan por tales valores, y necesario es que existan personas que apuesten por ellos, y les apoyen. Desde aquí hacemos un llamamiento al sentido común, recordamos que el ratio es de un máximo de seis niños. ¡No se puede dejar hacer reuniones de hasta 10 personas y no permitir abrir centros con seis menores y una acompañante!”.