La Confederación Hidrográfica del Ebro, organismo autónomo, adscrito al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), ha finalizado los trabajos de limpieza y adecuación de varios afluentes del río Cinca, en concreto, del río Sosa, en Monzón; de los barrancos de San Valero y de Los Planos, en Velilla de Cinca y de un tramo del río Vero y del barranco de El Ariño, en Castillazuelo, en la provincia de Huesca. La actuación ha supuesto una inversión de 43.608 euros con cargo al presupuesto del Organismo.
El objetivo de esta actuación ha sido aumentar la capacidad de desagüe de estos afluentes del río Cinca, que se había visto reducida por la proliferación excesiva de vegetación (carrizos, cañas y arbustos, principalmente) y evitar las afecciones que las lluvias intensas podrían ocasionar.
Para ello, se ha eliminado el exceso de vegetación mediante desbroces, talas y podas, además de los sedimentos que favorecían su crecimiento.
Estos cauces se caracterizan por tener caudales continuos de pequeña cuantía y por registrar escasas avenidas, no dando tiempo a su limpieza, acumulando arrastres que favorecen el crecimiento de la masa forestal y que obstaculizan la libre circulación del agua.
Limpiezas
En el río Sosa, en Monzón, los trabajos para aumentar la capacidad de desagüe se han realizado en tres tramos invadidos por la vegetación que suman 2,3 kilómetros de longitud. En concreto, entre la línea del ferrocarril y el puente de la avenida de Lérida; entre puentes, en la sección encauzada y en el canal de aguas bajas y por último, entre el puente y la salida al río Cinca, una zona de márgenes bajas donde existen pequeñas edificaciones de huertos, viviendas y calles colindantes al cauce.
En Velilla de Cinca, las labores de limpieza se han centrado en dos barrancos: Los Planos y San Valero. Su objetivo ha sido evitar la inundación de dos caminos agrícolas, de la carretera A-131, de la Ermita de San Valero y de unas instalaciones de bombeo.
En Castillazuelo se ha actuado en el tramo urbano, en concreto en el cauce de aguas bajas, para evitar la erosión de las márgenes y posibles afecciones a las viviendas cercanas y a un puente. También se ha eliminado el exceso de vegetación en el barranco de El Ariño, que acoge en su margen izquierda unas instalaciones vinícolas.
Este proyecto se integra en las actuaciones de conservación de cauces que la Confederación Hidrográfica del Ebro desarrolla en toda la Cuenca para detectar zonas potencialmente peligrosas y mediante la limpieza de márgenes, riberas y cauces, mejorar la capacidad de desagüe del río y en caso de avenidas, evitar afecciones a poblaciones e infraestructuras.