El matrimonio sometía a las mujeres a unas condiciones laborales y de vida próximas a la esclavitud, ya que las mantenía encerradas en el interior de la casa y las amenazaba con denunciar su situación en España si no accedían a sus pretensiones
La Guardia Civil, en el marco de la operación LAGA, desarrollada en la provincia de Huesca, ha detenido a cuatro personas por abusar de mujeres extranjeras en situación de irregularidad y de especial vulnerabilidad y necesidad económica, recluyéndolas como internas de servicio doméstico.
Las mujeres eran entregadas a un matrimonio de Laluenga de avanzada edad, que las sometía a unas condiciones laborales próximas a la esclavitud, encerrándolas y amenazándolas con denunciarlas si no accedían a sus pretensiones.
Hasta el momento, ocho mujeres han denunciado haber sido acosadas por este matrimonio y haber sufrido abusos y agresiones sexuales.
Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de octubre, tras denunciar una de las mujeres una agresión sexual por parte de una persona de avanzada edad, para el cual trabajaba como doméstica con carácter de interna.
Hasta 8 mujeres han denunciado haber recibido acoso por parte de este matrimonio que, además de explotarlas laboralmente, las agredía sexualmente
Tras las averiguaciones llevadas a cabo, la Guardia Civil pudo constatar que desde el año 2009 en una vivienda de la Comarca del Somontano podrían haber trabajado más de 30 mujeres para realizar tareas de servicio doméstico y asistencia a un matrimonio de avanzada edad.
Posteriormente, los agentes identificaron a dos vecinos de la localidad de Barbastro responsables de buscar y trasladar a las mujeres hasta la vivienda del matrimonio donde finalmente quedaban alojadas.
Por tal motivo, la Guardia Civil procedió a la detención del matrimonio y de estas dos personas, ya que eran conocedoras plenamente de la situación en la que se encontraban las chicas y de lo que ocurría en la vivienda. .
Como castigo las dejaban sin comer y las amenazaban con denunciarlas
Las empleadas se quedaban alojadas en el domicilio de los ancianos donde eran encerradas sin poder salir, ni mantener prácticamente contacto con el exterior, llegando a romper sus teléfonos móviles y siendo sometidas a situaciones que atentaban gravemente a su integridad física y psicológica.
Como castigo las dejaban sin comer, les impedían el aseo y las amenazaban con ser denunciadas si no accedían a las pretensiones por parte del anciano, llegando incluso a agredir sexualmente de una de ellas.
Se ha puesto de manifiesto que todas las mujeres carecían de contrato laboral y no percibían un salario, ya que todas se encontraban en una situación muy vulnerable debido a la necesidad económica.
Del total de chicas que pasaron por la vivienda, los agentes han identificado y localizado a 8 mujeres que han procedido a denunciar los hechos.
Detenidos
– L.J.G., de 85 años, detenida como supuesta autora de los delitos de trata de seres humanos, detención ilegal, amenazas y contra el derecho de los trabajadores.
– R.O.O. de 83 años, detenido como supuesto autor de de los delitos de trata de seres humanos, detención ilegal, amenazas, contra el derecho de los trabajadores, acoso, abuso y agresión sexual.
– J.A.C.G., de 70 años, detenido como supuesto autor de los delitos de trata de seres humanos y cómplice de delito contra el derecho de los trabajadores.
-V.A.L.M, de 58 años, detenido como supuesto autor de un delito de trata de seres humanos.
Las diligencias han sido instruidas por Policía Judicial de Huesca y Barbastro, entregadas en el Juzgado de Instrucción núm. 2 de los de Monzón.
«Han pasado muchas mujeres»
Entre la sorpresa y la normalidad. Así se recibía ayer en Laluenga la noticia de la detención de los ancianos y de dos individuos de Barbastro acusados de pertenecer a una trata de mujeres inmigrantes que eran explotadas para usos domésticos.
Sorpresa por el revuelo que se había montado desde hace casi dos meses cuando la Guardia Civil inició las investigaciones en este domicilio sito en una zona rústica de esta localidad del Somontano y aislado del casco urbano. Investigaciones que acabaron con la citación ante el juzgado de Monzón del matrimonio de L.G. y R.O. Este matrimonio apenas tiene relación con los vecinos del pueblo y por lo tanto muchos de estos desconocían el alcance del trato que practicaban contra todas estas mujeres de origen inmigrante y de condición social muy humilde.
Sin embargo, estos mismos vecinos sospechaban que el trato en este inmueble no era el adecuado por la cantidad de mujeres inmigrantes que han pasado y que según habitantes de Laluenga podrían rondar el medio centenar. «Algunas venían y sólo aguantaban dos días, otras dos semanas, pero no aguantaban mucho. Yo una vez me encontré a una que se había escapado y estaba haciendo autostop y la llevé hasta Monzón», comentaba un joven de la localidad.
Un grupo de agricultores definían al matrimonio como «gente de antes que piensa que pueden hacer lo que quieran con las mujeres». Pero también consideraban excesivas las acusaciones que hay sobre ellos en cuanto a abusos sexuales. «El hombre precisa de una botella de oxígeno y anda con bastón. No me creo que las haya forzado. De todas formas por aquí se habla y se exagera mucho», afirmaba.
Entre las decenas de mujeres que han pasado este hogar había ecuatorianas, marroquíes, alguna de origen español, pero todas ellas con grandes necesidades económicas.
Un par de madres comentaban que la noticia de la detención había sido muy comentada desde la primera vez que Guardia Civil y Asuntos Sociales se personaron en la localidad hace un tiempo para investigar el caso. «No tenemos relación con ellos porque apenas se les veía por el pueblo. Lo que sí veíamos que las mujeres estaban una semana y se iba, estas inmigrantes no pasaban mucho tiempo en el pueblo», comentaban.
Este matrimonio tenía granjas y por ello decidieron establecer su vivienda junto a ellas a las afueras de la localidad. El acusado es hijo de Laluenga pero no su mujer. Para la alcaldesa Cristina Juárez son un matrimonio «mayor con mucho movimiento de chicas como otras que hay en el pueblo que cuidan a gente mayor, pero no sabíamos nada del tráfico de personas, aunque conocíamos que su caso estaba con secreto de sumario desde que se los llevaron para interrogarlos».
Desmentidos de los acusados
La mujer acusada de realizar estos maltratos desmentía ayer estas acusaciones y aseguraba que el movimiento de mujeres se debía a que no cumplían con sus expectativas en las labores domésticas. Aseguraba que todas estas acusaciones no son más que mentiras y confiaba en que todo se solventara en los juzgados.
De momento, el matrimonio sigue haciendo su vida normal en su domicilio en Laluenga.