Un homenaje al sabor de mata, al trabajo de tantos hortelanos, a lo autóctono, al terruño, a la calidad suprema de uno de los productos estrellas de la huerta del Vero, el tomate rosa. Para loar las cualidades de esta hortaliza, valorar sus potenciales y orquestar en torno a ellas un proyecto emprendedor que contribuya a dinamizar la economía en la zona, la asociación de hortelanos del Alto Aragón organizó ayer su I Gala de la Orden del Tomate Rosa en el Centro de Congresos de Barbastro, que contó con una masiva asistencia de público y en la que se desgranaron los frutos comerciales y las perspectivas de futuro ligados a esta joya rosada de la gastronomía provincial.
Con dos años de vida, la iniciativa concebida por Javier Betorz y un grupo de entusiastas que creyeron en este proyecto, la asociación ha conseguido contar con más de 3.000 socios en el Somontano, La Hoya, Cinca Medio, Ribagorza y otras partes de la comunidad. Asimismo generaron sinergias en torno al tomate rosa para crear dos consorcios agroalimentarios, con una veintena de empresas cada uno, en Somontano y Ribagorza, para promocionar conjuntamente sus productos en ferias y demás actos en los que participen.
El motor de la asociación fue la consecución del sello C’alial, un distintivo agroalimentario que otorga el Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón, y que según informó ayer Betorz y ratificaron varios técnicos del CTA (centro de transferencia agroalimentaria) está muy cerca de conseguirlo. En torno a esa distinción, la asociación de hortelanos espera aumentar su comercialización (el año pasado se vendieron desde su centro comercializador 75.100 kilos a Zaragoza, Huesca, Barcelona, Pamplona, San Sebastián y Madrid) y abrir mercados a Bilbao y Logroño.
En este contexto de optimismo, la asociación lanzó su producto de crear un polígono hortícola, MercoPirineos, con productos gourmets que generen en torno al centenar de puestos de trabajo. Betorz lanzó ayer la idea para que el Gobierno de Aragón y las autoridades echen el resto y lo materialicen. «Tenemos agua, tierra, microclima, personas, productos de calidad. ¿Por qué no un polígono hortícola que nos posicione en prestigiosos mercados?», señaló.
Pero la de ayer fue una gala social y así quedó patente con el nombramiento del prior mayor, el director del Diario del Alto Aragón Javier García Antón, y de los cofrades de honor: la folclorista Elita Davias, el gastrónomo Joaquín Coll, los hortelanos Andres y Alfredo Larrosa, el cocinero Sergio Azagra, y el empresario Carlos Barrabés, que fue sustituido por un compañero al encontrarse en EE.UU. Todos ellos, ataviados con el traje de hortelano, juraron ser difusores de las delicias del tomate rosa, como ya lo vienen haciendo desde sus respectivos trabajos.
Después las coplas del grupo Tradiciones y una suculenta merienda cena con productos de la zona pusieron el broche de oro a la velada.