El recuerdo de Joaquín Paricio, alcalde de El Grado fallecido en primavera, estuvo muy presente en el día grande y último de las fiestas de la localidad del Somontano que ha conmemorado en honor a su patrona la virgen del Viñero.
Tras la misa en la ermita, que las corporaciones presididas por Joaquín Paricio restauraron y adecentaron convirtiendo en un hermoso parque, con merendero y espacio para uso social, tuvo lugar la entrega por parte de la asociación de vecinos y amigos de El Grado de dos placas de recuerdo de los dos socios fallecidos este año: Placido García y Joaquín Paricio. La viuda de García y los hermanos Paricio recogieron la placa con la que se ha querido recordar el trabajo a favor de este colectivo y su implicación en el municipio.
Luego llegó La Morisma, función teatral inspirada en la batalla medieval entre moros y cristianos por hacerse con la plaza de El Grado. La obra había desaparecido de la memoria de los gradenses pero la citaba Pascual Madoz en su enciclopédica obra del siglo XIX. Joaquín Paricio decidió recuperar esta función teatral y convertirla en uno de los ejes centrales de las fiestas en honor a la virgen del Viñero. Y quien mejor que Los Titiriteros de Binéfar para ambientar estos hechos entre la historia y la leyenda que narran como la virgen del Viñero se apareció en mitad de la batalla y pidió levantar un templo en su honor entre los viñedos. Los Titiriteros de Binéfar llevan 18 años representándola pero con un final distinto en el que priman los valores de compañerismo, solidaridad, amistad y trabajo común entre culturas y razas.
La Morisma comienza con la lectura de los ‘Chascarrillos’, la crónica social del municipio formado por los pueblos de El Grado, Artasona, Enate y Coscojuela de Fantova. En ella se habló de la chiretada y la crespillada realizada por la asociación de vecinos, por la excursión a Sijena, los baños de luna en la piscina o las clases de chino mandarín que se imparten en El Grado. Y como no se habló de la figura de Joaquín Paricio. «Hoy falta en La Morisma un morico. Pero seguro que desde algún lugar nos está contemplando», afirmó Ana Cosculluela, encargada de la lectura este año de los ‘Chascarrillos’ en sustitución de un emocionado Paco Paricio.
Para el Titiritero y su familia, la representación de ayer fue especial. «Te hace reflexionar sobre lo que es la vida. No creo como mi hermano en la vida después de la muerte, pero creo que cuentan los recuerdos que uno tiene de las personas que ha querido y esto es una forma de mantener el recuerdo y de alguna manera la vida, porque uno sigue presente, y eso es lo importante. Esta Morisma forma parte para mí del duelo de la pérdida», señaló Paco Paricio.
La Morisma culminó con el baile de la paz y el reparto de torta y vino entre numeroso público.