Pedro Solana (Monitor de esquí y coordinador del Curso Provincial de Iniciación al Esquí de Montaña, Montañeros de Aragón Barbastro). Antes de iniciar las prácticas, el estrés hace acto de presencia al intentar poner a disposición de nuestros jóvenes aspirantes la ingente acumulación de materiales. Pocas disciplinas montañeras necesitan de tantos elementos de seguridad en combinación con las herramientas y accesorios mínimos para garantizar la corrección del más elemental impedimento sobre nuestro progresar en estos espacios nevados.
Gracias a Dios, en nuestro Club, Montañeros de Aragón de Barbastro, siempre ha habido un rincón donde guardar los diversos útiles y equipamientos que serán puestos a disposición de los alumnos.
Retrasamos hasta el viernes, que es justo la víspera, todas las posibilidades de incluir a quien quiera participar, siempre que haya sitio. Además hay que realizar una entrevista conmigo, como coordinador, con el fin de concretar los aspectos mínimos que se deben atender para ser admitido, desde referencias físicas hasta niveles mínimos de esquí fielmente plasmados en las condiciones de nuestro programa del Curso.
Tras una emotiva presentación de los participantes, monitores y alumnos, este primer acto del Curso incluye una charla sobre materiales y consejos a la hora de conseguir éstos de la forma más correcta en tanto en cuanto a sus precios y características debidamente clasificadas según su prioridad.
Ya sólo queda madrugar un poco el sábado 16 de enero para encontrarnos en Benasque con unos eternos compañeros de viaje, los amigos del Club Peña Guara de Huesca que lo son desde muchos años atrás y con muchas vivencias compartidas a nuestras espaldas.
Es casi un ritual, tal y como os lo cuento. Esta procesión de hechos que se repite año tras año, nos acercará al valle del Ampríu, en Cerler, nunca con mucha prisa, pues hay que coordinar cantidad de aspectos hasta ver conformados los grupos tras un pequeño descenso entre bastones clavados a la manera de un improvisado slalom que definirá la primera selección. Los grupos han de ser compactos, formados por tres alumnos y dos monitores, titular y colaborador. Estas patrullas no han de temer por acumular kilómetros de pistas pues desde el primer momento es en las laderas y barrancos más allá de las balizas donde les enseñaremos a quitarse el miedo a lo que para ellos aún resulta desconocido: la nieve virgen.
Con sólo algunos descensos pero, eso sí , muy compenetrados con sus monitores, traspasarán la línea de pistas para saltar a los escenarios más propios de montañas inmaculadas y salvajes.
Somos nosotros , precisamente los monitores , los que hemos de elegir las pendientes y los parajes sobradamente conocidos y, por tanto, adecuados a la innivación y a los riesgos que habremos de asumir.