La sostenibilidad y la memoria histórica fueron los hilos conductores de la jornada del jueves en la XI Muestra de Cine de Ascaso. La experiencia de los hermanos Garcés como ganaderos y agricultores comprometidos con el entorno natural, y el proceso de exhumación de la fosa común de Pico Reja, en el cementerio de Sevilla, generaron un intenso debate tras la proyección de Rebeldía rural, la luz llega al pueblo, en la sesión de tarde, y de Pico Reja, la verdad que la tierra esconde, por la noche.
Una de las principales novedades en esta edición del festival es la sección Cine de Sobrarbe, con la que se recuperan las sesiones de tarde en el interior de la borda. Con Rebeldía rural, la luz llega al pueblo, todo el aforo quedó ocupado. La presencia de David y Toné Garcés Mur y de la directora del documental que cuenta su historia, Susan Labich, levantó la expectación del público de la Muestra, interesado en conocer cómo han conseguido hacer económicamente sostenible una actividad cuyo principal objetivo es que lo sea desde el punto de vista medioambiental.
«En lo sencillo está la hermosura, y lo que más me fascinó de ellos es la pasión que le ponen a lo que hacen», señaló Susan Labich como la espoleta que la llevó a querer contar la apuesta de dos jóvenes de San Vicente de Labuerda por el decrecimiento como vía para escapar de la tendencia dominante, «que obliga a crecer y crecer sin fin», advirtieron los hermanos pastores. «La mayor parte de la ganadería se enfoca al crecimiento. Cuanto más ganado tienes, más tierra necesitas, de forma que los rebaños se concentran en unos pocos propietarios, y eso empuja a la competitividad, el individualismo y la insostenibilidad del sistema». Ante esta situación, ellos optaron por lo contrario. «Hemos reducido la producción, para que no sobre nada y no generar residuos».
David y Toné Garcés son, al menos, la cuarta generación de familia ganadera. Desde niños tuvieron muy claro que querían continuar con el oficio, y hacerlo de forma respetuosa con el medio en el que viven. La ganadería extensiva, la agricultura ecológica y un modelo de negocio de proximidad, en el que la mayor parte de la producción sirve para proveer al restaurante familiar, son los pilares de su actividad.
Pico Reja, la verdad que la tierra esconde
Por la noche, en la era del cine, tomó el relevo otra cuestión de actualidad: la reivindicación de la reparación de la memoria de las víctimas del franquismo. Con la nueva Ley de Memoria Democrática en trámite parlamentario, Pico Reja, la verdad que la tierra esconde pone de relieve las muchas deudas que la democracia española mantiene con miles de represaliados civiles. «Lo que muestra el documental nos retrata como sociedad, y nos afecta a todos, tengamos o no familiares represaliados», dijo en el coloquio posterior Juan Miguel Baquero Zurita, documentalista de la película, periodista y autor de varios libros sobre memoria democrática. «Que decenas de miles de víctimas de crímenes contra la humanidad y desapariciones forzosas continúen en fosas comunes y cunetas es la mayor vergüenza de este país, y es una anomalía democrática absoluta», afirmó.
Pico Reja, la verdad que la tierra esconde, de Remedios Malvárez y Arturo Andújar, relata el proceso de exhumación de una de las ocho fosas comunes documentadas en el cementerio de Sevilla. Comenzó en enero de 2020 y está previsto que concluya a finales de este año. Hasta el momento, se han recuperado los restos de más de 1300 personas. «En el cementerio de Sevilla se estima que había más de 4500 víctimas, pero a muchas de ellas no las encontraremos nunca porque las fosas ya no existen, han sido destruidas, las últimas hace solo una década», indicó Juan Miguel Baquero. Por poner en contexto la brutalidad de la represión en Sevilla, «la dictadura chilena fue responsable de 3500 desapariciones forzosas».
«Nunca olvidaré la primera vez que entré en una fosa y tuve en mis manos un hueso humano. Es un impacto emocional muy fuerte», recordó, y lamentó que «España es el único país donde el fascismo triunfó y nunca ha sido derrotado, porque ni siquiera ha sido juzgado». Baquero achaca a la «falta de voluntad política» que el Estado no haya llevado a cabo, tras cuatro décadas de democracia, la recuperación de las víctimas del franquismo. «Las herramientas existen. Se necesitarían entre cuatro y seis años para exhumar las fosas documentadas. Ahora bien, solo se podrían recuperar unos 25000 cuerpos de los 140000 que continúan desaparecidos, y de estos únicamente podrían ser identificados un máximo de 9000, por el tiempo transcurrido y las malas condiciones de los restos. El resto han desaparecido para siempre», sentenció.
La sesión nocturna la abrió el cortometraje L’arrivée du soleil dans votre signe, de la francesa Lisa Giachero, el primero de los que aporta a la Muestra de Cine de Ascaso el Festival du Film de Contis. Organizadores y voluntarios de ambos festivales se han reunido este mediodía en Ascaso para continuar profundizando en los proyectos comunes que tienen en marcha y trabajar en nuevas iniciativas.