Cuando restan días para que el ministro de Fomento José Blanco inaugure el viernes la variante de Barbastro, el segundo tramo de la autovía A – 22 Huesca – Lérida en la provincia altoaragonesa, las obras para dejar todo a punto para su puesta en servicio se suceden a ritmo vertiginoso. Prácticamente todo está culminado, a falta de los últimos retoques en el pintado de calzada, acondicionamiento de viales, señalización, …
Mientras se llevan a cabo estas actuaciones, un ganadero barbastrense sigue el desarrollo de las mismas expectante, con asombro e impotencia, al comprobar cómo su acceso a la granja, que atraviesa la autovía, y que debe de acondicionar el Ministerio de Fomento está pendiente de ejecutarse desde hace cuatro meses.
Antonio Galicia aceptó que un tramo de la variante de Barbastro, cercano a la salida del monasterio de El Pueyo, partiera su finca en dos. En aquel momento aceptó la expropiación de sus terrenos a falta de que se determine su compensación económica. Pero lo que Galicia no sospechaba era que aquella decisión le iba a acarrear serios problemas económicos y hasta pondría en peligro la vida de sus vacas.
Con la creación de la autovía, el camino natural por el que se accedía a su finca ha quedado truncando desde el 20 de octubre de 2009. Para facilitar su acceso, Fomento se comprometió a levantar un puente. La infraestructura ya se ha construido y hasta se ha realizado la prueba de resistencia, sin embargo falta por ejecutar el acceso desde el camino al puente.
Esta circunstancia obliga a Antonio a dejar su vehículo en el camino y recorrer unos 800 metros a pie hasta su granja. «Y si tengo que llevar un saco de pienso para los terneros lo tengo que cargar al hombro», explica.
Las obras en el acceso al puente han quedado paralizadas hasta que se subsane el problema de las torretas de electricidad que pasan por la finca y que abastecen de suministro eléctrico al macrovertedero supracomarcal de Barbastro. Y es que la altura de los cables eléctricos debe de elevarse unos metros más por motivos de seguridad ya que con la construcción del puente, la distancia entre éste y el cableado no es suficiente.
Hace veinte días, los operarios comenzaron los trabajos para colocar la torreta por la cual debe pasar el cableado. Antonio, que ha mantenido varias conversaciones con la delegación en Huesca de Fomento, pensó que su preocupación iba a terminar en el plazo de unos días. Pero no fue así. Una vez colocada la torreta, de repente los operarios se trasladaron a otro tramo de la autovía para seguir trabajando, sin culminar la conexión del cableado, por lo que las obras para acceder a su granja tendrán que esperar.
«Cuando se planteó la autovía se expropió lo mejor de mi finca. Eso lo entiendo porque por algún lado tiene que pasar pero lo que no entiendo es que se haya cerrado un acceso a la granja sin habilitar otro antes. Me han dejado la granja sin entrada y eso es ilegal», señala.
Desde que se cerró el camino natural en octubre, Antonio ha tenido serios problemas, especialmente a la hora de recoger al ganado, compuesto por 89 vacas, que se encontraba pastando en puertos de Ordesa. Para ello ha tenido que alquilar otra granja donde dejar el ganado, cuyo acceso también se encuentra en malas condiciones, incluso para acceder con un tractor. Además Antonio afirma que en su granja queda alimento para un mes. «El último camión de vacas del puerto lo descargué kilómetros más debajo de la granja, con la ayuda de seis personas y las pudimos traer. Pero cuando esté en marcha la autovía ya no ya no me atrevo a dejar las vacas sueltas para que lleguen a la granja porque puede haber algún accidente», señala.
«Los responsables de Fomento ya están preparados para hacerse la foto el viernes y mientras tanto yo no puede acceder a mi granja desde hace cuatro meses y dar de comer a las vacas. Si Fomento da la orden de que acaben el puente algún día se acabará las obras del puente, pero yo a las vacas solo las podré aguantar un mes. Si no hay comida las tendré que sacar de aquí como sea».
El abogado de este granjero ha enviado al Ministerio de Fomento notificaciones para que actúe sobre la obra incompleta, además de solicitarle daños y perjuicios, pero hasta la fecha, según apunta Antonio Galicia, no ha habido contestación.