Las fuertes trombas de agua caídas la pasada semana causaron serios daños materiales en la población de Azara, cuyos vecinos fueron sorprendidos la pasada semana con el desplome de buena parte de su castillo musulmán, una de las señas de identidad de esta localidad del Somontano.
La bóveda y uno de los muros de lo que quedaba de la fortaleza del siglo XI cedieron por las filtraciones caídas el lunes y el martes de la pasada semana. Un total de 87 litros cayeron en Azara en esos dos días, lo que provocó que el agua penetrará por la roca arenisca de la peña Santa Margarita, sobre la que está asentado parte de este habitáculo y se viniera abajo.
El desplome de la bóveda apuntada, y de uno de los muros, también provocó considerables destrozos en el corral y la huerta que se sitúan justo de bajo de la peña Santa Margarita. Treinta gallinas murieron aplastadas, y los tejados presentaban serios daños. «Fue como un terremoto», explicaba la propietaria del corral, que pasadas las 22.00 del martes 22 descubrió los daños.
No hubo que lamentar daños personales, pero sí una importante pérdida patrimonial ya que el castillo está declarado Bien de Interés Cultural, y a pesar de sus reducidas dimensiones –unos 10 m2- es uno de los atractivos de la localidad.
Los sillares datan de la época de construcción del castillo, siglo XI, pero según las estimaciones del alcalde Santos Larroya, la bóveda apuntada que se ha desplomado podría ser posterior al 1.100.
«El principal problema es que se ha derrumbado la parte del castillo que quedaba en pie con piedra picada. La reconstrucción vale mucho dinero y ya se verá si en un futuro se puede acometer. De momento vamos a hacer acopio de los sillares caídos», afirmó Larroya.
El Ayuntamiento ha cerrado el paso al castillo y en próximos días se adoptarán medidas preventivas.
El alcalde y además vicepresidente de la Comarca del Somontano ha mantenido una reunión con el arquitecto comarcal para evaluar una posible reconstrucción, que se presupone muy costosa y difícil, ya que el castillo se ubica en la punta de un risco. De momento sólo queda de pie la parte sur y un ventanal excavado en la roca que deberá ser derruido como medida de seguridad para evitar que caiga sobre los corrales y viviendas construidos bajo la peña.
Reunión en Alquézar por las pasarelas
Otro de los puntos afectados por las lluvias esta pasada semana fue Alquézar. Los desprendimientos ocasionados por el agua caída, unos 150 litros entre el lunes y el martes, cortaron dos tramos de unos 20 metros del nuevo trayecto de las pasarelas del Vero, inaugurado en abril. El Ayuntamiento acogerá hoy una reunión técnica para valorar el alcance de los daños y planificar su reparación. En ella intervendrán responsables del Gobierno de Aragón, Diputación Provincial de Huesca, Ayuntamiento, Federación Aragonesa de Montaña y geólogos.