En pocos días se han acumulado los acontecimientos. Se estrenaba Las paredes hablan, el documental que constituye el último trabajo del gran director aragonés Carlos Saura, que pocos días después fallecería antes de recoger en Sevilla en su 37 edición, el Goya de Honor, máxima distinción del cine español.
No hay mayor Homenaje que podamos ofrecerle, que hablar de su ultimo trabajo, pues aunque él se ha ido, su obra permanece para fortuna de todos nosotros.
ARGUMENTO
La interesante propuesta que nos hace Saura, a su vez artista también como fotógrafo, director de cine y de operas, se dirige a profundizar en el apasionante tema de la relación del ser humano y el arte, a través de indagar en las claves de los orígenes de la pintura del hombre primitivo, imaginando los motivos por los que se realizaron 40.000 años atrás, y como en las mismas piedras y cuevas, otras personas realizaron posteriormente nuevas pinturas, que datan de entre 30.000 y 10.000 años atrás, es decir dos épocas mas separadas entre ellas que entre la ultima y nuestra época, para acercarse luego al arte contemporáneo actual, y de forma singular a los grafitis de nuestras ciudades.
Bajo su personal y singular mirada y con gran sencillez, siempre escuchando, el cineasta aragonés retrata la evolución y relación del arte con la pared como lienzo de creación, desde las primeras creaciones gráficas en las cuevas prehistóricas como las españolas en Puente Viesgo, Altamira y Atapuerca o las francesas de Chauvet. Y desde allí, acercarse hasta las expresiones más vanguardistas del arte urbano.
En forma de sucesivos diálogos, va intercambiando opiniones con arqueólogos como Juan Luis Arsuaga o Pedro Saura, pintor de la neocueva de Altamira junto con Matilde Múzquiz, sin ninguna relación con el cineasta como nos aclaró en el preestreno en Madrid. También dialoga con artistas como Miquel Barceló en su taller, donde recuerda su estancia en Africa entre los dogones en la falla de Bandiagara. O acompaña a los grafiteros como Suso33, Musa71, Zeta y Cuco. La genialidad del veterano cineasta pasa por realizar atractivas analogías entre el arte más primitivo y el arte urbano actual, buscando elementos comunes que unan ambas experiencias humanas, aunque separadas en el tiempo.
No podemos olvidar aquí, las reticencias de los científicos de la época para aceptar que el hombre primitivo pintaba, especialmente en el caso español por parte de los franceses, y así el descubridor científico de las cuevas de Altamira, Marcelino Sanz de Sautuola, murió sin ver reconocido su trabajo de naturalista y prehistoriador en el ámbito internacional, especialmente por el rechazo de la Universidad francesa, situación que ha sido llevada al cine con gran belleza y delicadeza en la película Altamira (2016) del director británico Hugh Hudson, con la destacada interpretación de Antonio Banderas en el papel del despreciado Marcelino Sanz de Sautuola.
Llama la atención a lo largo del documental, el interesante debate en torno a la autoría, clave en el arte contemporáneo, donde todos los grafiteros reconocieron haber empezado repitiendo su nombre por todas las paredes que encontraban. Sin embargo, el hombre primitivo NO firmaba su obra y nos recordaban los antropólogos y arqueólogos, que no podemos acercarnos al arte primitivo con las premisas del arte actual en la sociedad capitalista, tan vinculada al concepto de autor. Mas bien al contrario, habrá que pensar en la realización de ciertos ritos de carácter numinoso, animistas lógicamente, en la búsqueda de buena suerte para la caza, ya que como nos recuerdan predominan las representaciones de herbívoros de los que se alimentaban y sin embargo es llamativa en su opinión, la ausencia de representaciones de depredadores.
Igualmente significativo es el hecho de que sea una única persona la que ejecuta las pinturas en cada época, señal de que era el brujo o hechicero del grupo y el único dotado para poder hacer ese trabajo, probablemente por sus poderes y quizás también por sus habilidades. La distancia en el tiempo es también por ello, un factor clave en los dibujos de las cuevas, como decíamos antes.
EN RESUMEN
Una más que interesante propuesta la que nos deja Saura, a modo de testamento en este su ultimo trabajo, indagando en algunas de las claves en torno al arte en general y el del hombre primitivo en particular, buceando por las paredes de las cuevas y a través los grafitis en las ciudades. (7/10).
httpv://www.youtube.com/watch?v=MOXXst–lMg