El pasado mes de febrero Las Águedas de Estadilla propusieron al Grupo de Historia de La Sociedad Recreativa La Aurora una conferencia y exposición sobre el taller textil Jorge Domingo S. A. de Sabadell donde un grupo de jóvenes mujeres trabajaron como zurcidoras. Estuvo activo entre 1964 y 1972, ocho años y cuatro meses.
El interés surgió de forma casual en 2021 cuando el compañero Pepe Barón Hidalgo muy activo en las redes puso una imagen de Santa Lucía el 13 de diciembre como homenaje a las modistas costureras y zurcidoras. Le contestó una antigua zurcidora comentando que celebraban ese día desde el año 1964 en que empezaron a trabajar en el Taller con una misa y una merienda-cena que aún siguen realizando en la actualidad.
El taller de zurcidoras fue conocido como La Textil. Llegaron a trabajar hasta 32 mujeres.
En la firma catalana trabajaba como secretaria de dirección la hija de una señora de nuestra Villa que ante el comentario de su hija de que necesitaban abrir un nuevo emplazamiento donde zurcir las piezas de ropa para trajes de caballero le propuso que quizá en su pueblo podrían encontrar local y chicas que pudieran hacer el trabajo,
Y así fue como vino una delegación a hablar con el alcalde D. Jose María Peirón Betorz que les dio todo tipo de facilidades y les ofreció un piso vacío de su propiedad para instalar en él todo lo necesario para la labor que precisaban.
Así fue como el 5 de junio de 1963 empezó un cursillo de aprendizaje que duró seis meses para las primeras candidatas a un trabajo muy profesional. Ese periodo fue denominado ESCUELA PARROQUIAL DE ZURCIDORAS. Cada semana recibían al cura párroco que les daba una charla religiosa y rezaban el Santo Rosario.
Y el 2 de enero de 1964 fue inaugurado el Taller de zurcidoras de Estadilla con la participación de las autoridades locales, representantes de Jorge Domingo S. A., las futuras colaboradoras y con bendición del local por parte del cura párroco.
Desde el primer día laboral fueron dadas de alta en la Seguridad Social y su primer salario fue de 60 pesetas diarias. Les pagaban semanalmente y siempre cobraron de forma puntual. Cuando terminó la actividad cobraron indemnización y un año de paro.
Cuando las trabajadoras se casaban solían dejar la empresa y recibían una bonificación.
La primera encargada fue la instructora que les enseñó el oficio y estuvo hasta que en el segundo año se incorporó Pilar Obis Barrio prima de la secretaria de dirección. Y así hasta el final del taller.
Cada semana desde la factoría de Sabadell llegaba el camión con los rollos de tela de 50-60 metros para revisar y zurcir. Como eran muy pesados y había que subirlos al segundo piso se llamaba a dos hombres para subirlos a la sala. Se reparaban los desperfectos y una vez zurcidos se volvían a llevar las piezas a fábrica para lavarlas y antes de darles el apresto final regresaban a Estadilla para volver a repasarlas. Era un trabajo de artesanía. Se decía: “No hacían invisibles los desperfectos sino perfectos los imperfectos”
El horario de trabajo era desde las ocho menos cuarto de la mañana hasta las doce del mediodía y por la tarde, desde las dos hasta las siete y cuarto. En verano hacían jornada intensiva de cinco de la mañana hasta las dos y cuarto de la tarde. Los sábados por la mañana también se trabajaba de 8 a 14H. Entonces se trabajaba 48 horas semanales. Las vacaciones eran de diez días laborables por año.
Margarita Sancho Plana fue el enlace sindical. En varias ocasiones tuvo que viajar a Madrid para reivindicar que se aplicara el convenio textil. Ella recuerda que era la única mujer en las reuniones. La Textil de Estadilla fue la única empresa de este sector en la provincia de Huesca en esos años.
Organizaron varios viajes-excursión a diferentes ciudades y lugares de interés. El primero fue caminando a visitar la central hidroeléctrica de San José en la actual carretera de Graus-Benabarre. Los viajes posteriores los realizaron en autocares que alquilaban. Siempre les acompañaron familiares y amigos. Así visitaron Zaragoza para las Fiestas del Pilar, Pamplona, el Monasterio de Piedra, de Montserrat, de Poblet, etc.
Son muchas las vivencias y anécdotas vividas en los ocho años y cuatro meses que estuvo activa La Textil. En la conferencia nos recordaron que tenían un aparato de radio en el taller que siempre estaba en marcha y donde se dedicaban canciones con los trabajadores de Remolques Beguer a los que se referían como “Asilo de San José” y éstos lo hacían a las chicas del “Instituto de Belleza” que era como denominaban a las zurcidoras. También nos explicaron que rezaban un Padre Nuestro doble si extraviaban una aguja de coser las telas. Era muy peligroso si se no se encontraba la aguja porque en el posterior tratado industrial podía perjudicar la maquinaria, retrasar el proceso y el perjuicio económico que supondría. La oración la rezaban de la siguiente forma: Padre Nuestro, Padre Nuestro, que estás en los cielos, que estás en los cielos, Santificado sea tu Nombre, Santificado sea tu Nombre… y así hasta el fin. Padre nuestro doble.
Para muchas de aquellas jóvenes, hoy orgullosas abuelas, fue la mejor y casi única salida profesional teniendo en cuenta que las opciones entonces eran muy limitadas. Para las familias una buena aportación económica y por ende para la economía de Estadilla en un momento de gran actividad. La Textil coincidió con la construcción de la Presa del Grado, el desarrollo de la empresa local con proyección nacional de Remolques Beguer, desarrollo de la agricultura con la incorporación de los tractores frente al declive del uso de equinos en el campo. En una época de fuerte emigración a las ciudades el taller de zurcidoras permitió fijar población gracias a que se iniciaron varias parejas que formaron sus familias y se quedaron en Estadilla.
Para terminar, agradecer a Lina, María Jesús, Amparo, Fineta, Margarita, Carmen, Ana Mari y más por sus comentarios y aportaciones para poder recordar, escribir y explicar esta historia que marcó a un grupo de mujeres en un periodo de su vida que recuerdan con cariño, simpatía y un poco de nostalgia.