Los sonidos de los tambores de las cinco cofradías de Monzón y de otras cinco localidades llenaron un abarrotado auditorio de la Azucarera que acogió la XI Tamborrada Memorial “Jesús Calderón”. Tras la llegada al auditorio al aire libre de las distintas cofradías, comenzó una sesión de toques por cada una de ellas.
Las bandas participantes fueron Bombos y Tambores “Villa de Azanuy”, La Soledad de Almudévar, La Purísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, de Tarragona, Nuestro Padre Jesús Nazareno de Huesca, , Bombos, Tambores y Cornetas de Altorricón, y las cinco locales La Oración de Jesús en el Huerto, Nuestra Señora de la Piedad, El Nazareno, Ecce Homo y El Santo Sepulcro.
También los tambores dieron paso a la Lectura del Pregón, acto con el que se inicia la Semana Santa en Barbastro y que corrió a cargo del obispo de Calahorra, La Calzada, Logroño, Juan José Omella. El que fuera obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón ofreció ante la multitud de fieles y cofrades que se dieron cita un pregón cargado de afecto y guiños hacia sus antiguos parroquianos. En su presentación, Enrique Gómez Padros, miembro de la Junta de Cofradías, lo definió como “un cofrade más” y recordó toda su labor para revitalizar la Semana Santa barbastrense.
Omella reconoció ese sentimiento de “cofrade” puesto que sus inicios como obispo fueron en el Bajo Aragón, en Alcañiz y Calanda e invitó a la comunidad a celebrar esta Semana Santa en la calle. Omella lanzó un mensaje a cada una de las ocho cofradías de Barbastro en alusión al significado de los pasos. “Los cofrades no sólo tienen que procesionar y cuidar el aspecto exterior, sino que cada uno de sus pasos supone un mensaje: la humildad cuando Jesús va con la burriquilla, el sufrimiento cuando lleva la cruz o la esperanza cuando resucita”.