El escritor Lorenzo Mediano (Zaragoza, 1959) se ha propuesto revisar la historia de la conquista de España por los musulmanes y la posterior reconquista y desmentir lo que considera que son manipulaciones que ha ido contando durante siglos la historiografía oficial cristiana. Ni fue una guerra de religión, ni un choque de civilizaciones. «Fue una guerra de muchos intereses en la que los bandos no sabían muchas veces ni contra quien luchaban ni con quien pactaban». Esta podría ser la síntesis de ‘El desembarco de Alah‘ una novela que promete ser polémica pero que ya ha nacido con éxito. La segunda edición ya está en imprenta y nada más ser publicada ya ha recibido el importante IV Premio Iberoamericano de las Artes. El libro, que publica Tropo Editores, se presentaba recientemente en el Museo de Barbastro en un acto organizado por Librería Castillón y al día siguiente en el palacio de la Aljafería de Zaragoza. Una metáfora de esta novela: el mundo cristiano y musulmán que conviven con pasión en la última novela de Mediano.
La trama arranca 710, un año antes de la entrada de las tropas musulmanas de Tariq ibn Ziyad en la península y abarca doce años, hasta la batalla de Covadonga con Don Pelayo a la cabeza. Las crónicas musulmanas hablan de que la batalla fue favorable al Islam y que de las tropas cristianas sólo quedaron 30 hombres y 10 mujeres con vida. Además el lugarteniente de las tropas musulmanas era el arzobispo de Toledo. Contradicciones como ésta y otras como la de porqué los propios musulmanes mataron a Musa por conquistar España o encarcelaron a Tariq que contribuyó a expandir las tierras del Islam por la península, llevaron a Mediano a indagar sobre estas cuestiones para tratar de escudriñar la verdad en un proceso laborioso que le ha llevado a consultar las crónicas de ambos bandos y numerosos documentos de la época.
«Es una novela histórica, muy histórica porque no he inventado prácticamente nada, pero también muy novela porque tiene unas emociones, pasiones y acción desenfrenadas y muy reales», señala este médico y exitoso escritor.
La novela está ambientada en buena parte en Asturias, donde tras la derrota, Pelagio (Pelayo) «hizo algo que no puedo desvelar porque es uno de los momentos culmen de la novela y por ello hoy tenemos un museo diocesano aquí. Ese es un giro de la novela y la historia cambio».
En la novela también hay elementos novelescos como la búsqueda del tesoro de Alarico, uno de los mayores de la Cristiandad y que fue salvado de Roma tras su caída y custodiado en la Hispania visigoda. Sin embargo las dudas históricas pesan más. «¿Cómo es posible que el ejército musulmán viniera con moneda hebrea?, o en la batalla de Guadalete los bereberes que escapan eran cristianos y trataban huir porque les habían engañado para conquistar España -se cuestiona el escritor-. El último rey visigodo Don Rodrigo estaba en Pamplona y se nos ha contado que cuando entran los musulmanes la batalla decisiva es en la costa. ¿Cómo es posible que la reina viuda visigoda de España se casará con el hijo del conquistador Musa y fueran felices?. Había una serie de cosas que no me encajaban y no lo entendía. La gente que lo vivió tampoco lo entendía. De hecho los cristianos pensaban que los musulmanes eran una secta más».
Pero al margen de luchas la novela está trufada «de amores y pasiones que parece el Tomate». El autor la recomienda a todos los públicos.