Una pareja de hosteleros noruegos está conociendo desde esta semana cómo se trabaja en los fogones y en las bodegas de algunos de los restaurantes y empresas vitivinícolas más antiguas y familiares de la comarca del Somontano para exportar este saber hacer a su negocio familiar.
El matrimonio Eva Kragnes, historiadora del arte y restauradora, y Stein Harald, arquitecto y sumiller, tienen un negocio de hostelería rural en la región de Hedmarken en Noruega. Su granja/casa señorial con siete edificaciones del siglo XVIII ha sido restaurada por ellos y convertida en un lugar con encanto para organizar bodas, cumpleaños, reuniones y conferencias, cenas y turismo rural, etc. (www.bryhni-sondre.no ).
Su cocina se elabora siempre con materias primas de la región. En Noruega han sido galardonados con la más alta distinción cultural (La Rosa de San Olav) por su labor de la conservación del patrimonio noruego, por su hospitalidad y por promocionar la región de una forma tan eficaz y atractivo.
Esta pareja ha obtenido una beca financiadas por el programa Leonardo da Vinci de la Comisión Europea para conocer cómo se trabaja entre ollas y barricas en otro país del continente. Para su estancia en el extranjero han elegido la región de Somontano por su rica historia, su arquitectura y cultura, su gastronomía y sus vinos. La elección del Somontano fue fácil, ya que Harald tenía un gran deseo por conocer los caldos de esta denominación e incluirlos entre su carta (hasta ahora importan vinos italianos y están interesados en los de D.O. aragonesa).
Además el Somontano reúne las condiciones que esta pareja buscaba: concentra negocios de hostelería y bodegas de tradición centenaria y con sello familiar, posee atractivos turísticos aunque no es un turismo masificado y se trabaja con productos autóctonos de gran calidad, un factor valorado por la restauradora noruega.
Pero fundamentalmente esta pareja se decantó por el Somontano por las facilidades que llevó a cabo en los trámites la vicecónsul de Noruega en Barcelona que tiene jurisdicción en Aragón y Cataluña, Ellinore Mussler-Gregersen, casada con un barbastense.
La restauradora Kragnes ha visitado los fogones del restaurante Pirineos, donde trabajo las posibilidades que ofrece las setas (canelones, croquetas, revuelto, …) el foie o el salmón, para luego conocer el establecimiento de turismo rural de LaLola en Buera y finalizar en Casa Samper en Salas Altas, donde este jueves 23 ofrecerán una comida noruega y expondrán las impresiones de su viaje.
Su compañero sumiller empezó la visita en la bodega Lalanne, la más antigua de la D.O. Somontano junto con Fábregas. Y también va a visitar las tres principales bodegas de la D.O.: Viñas del Vero, Enate y Pirineos.
El cocinero del Pirineos, Melchor Muñoz, valora esta experiencia gastronómica que define como «una fusión».
«Este intercambio es muy buena idea porque la cocina noruega es muy desconocida y la nuestra para ellos también. Por ejemplo aquí trabajamos el foie y le vamos a enseñar como lo trabajamos para que puedan competir con otros restaurantes de su nivel», afirma el chef barbastrense.
Por su parte Eva Kragnes destacaba las particularidades de la cocina del Somontano: «Las dos cocinas son muy parecidas aunque cambian en algunas cosas. La experiencia es muy positiva y me voy a ir aprendiendo a reciclar para hacer croquetas y canalones. Me encanta la comida del Somontano».
Intercambios culturales y turísticos
La vicecónsul que ha ejercido de anfitriona durante las primeras jornadas destaca las primeras impresiones que esta pareja de restauradores se está llevando de sus colegas del Somontano. «Están muy contentos por lo que han visto y lo que les enseñan. La gente es muy amable y están sorprendidos de cómo los están recibiendo», explica Mussler.
La vicecónsul concibe esta experiencia como una oportunidad para el desarrollo turístico de la comarca con Noruega, ya que como asegura se trata de un territorio desconocido para sus compatriotas. Confía en que la experiencia aúne voluntades de restauradores, bodegueros, profesionales del turismo y sobre todo autoridades políticas de la zona y contribuya a estrechar lazos con el país nórdico. «Somontano tiene mucho que aportar al turismo en general, el turismo rural, los deportes, la gastronomía, el vino, los Pirineos, … Aquí hay muchas cosas que a los noruegos les gusta por ejemplo la naturaleza. Quizás podamos iniciar un intercambio cultural, turístico, hostelero, deportivo, escolar, … entre Noruega y Somontano. Yo puedo ayudar a que esta región se conozca y ayudaré en todo lo que se pueda para que estos acuerdos salgan adelante si hay interés», explica la vicecónsul.