Date un respiro…
Mima tus sentidos,
ponte cómodo o cómoda y lentamente ve tomando conciencia de tu respiración.
Entra dentro de ti, en tu verdadero hogar, tu Sagrado Templo.
Siente y agradece a cada célula de tu cuerpo, su existencia.
Ámalas, ámate profunda e intensamente.
Inhala vida, muy despacio… Conéctate con todo tu ser y retén por un instante tu respiración.
Quédate ahí, en calma en toda tu inmensidad.
Exhala amor, expándelo a todo tu alrededor y más allá de los límites espaciales.
Retén por un momento tu respiración, siente ese vacío en ti y ahora respira profunda y pausadamente…
Siente esa paz que te habita, cuando todo se acalla.
Poco a poco te vayas deslizando más allá del ruido,
por un sendero iluminado por los rayos del sol matutino, adentrándote en el bosque.
Contempla esos rayos del sol, acariciando tenuamente las hojas dibujando su perfil.
Esa luz te envuelve también a ti, te protege como un manto luminoso, por todo tu alrededor.
Eres esa luz, confía.
Siéntete protegido o protegida. Siente cada paso, cada silencio , mientras te vas adentrando en ese
bosque que habita en ti.
Mira a tu alrededor con la mirada de tu infancia, con toda su inocencia y toda su magia.
Elige un árbol, acércate a él y con respeto profundo hacia su energía, hacia su ser abrázalo, fúndete en él y respira profundamente….
Siéntelo, late al unísono con su savia.
En ese instante, de tus pies van surgiendo raíces que se adentran en la Madre Tierra, van creciendo,
expandiéndose con amor infinito.
Siéntete enraizado, enraizada, con seguridad y fortaleza.
Inhala vida, exhala amor.
Tú tronco, tu cuerpo, va brotando… Por tus brazos asciende la poderosa savia, insuflándote vitalidad y
autosuficiencia.
La luz del sol, el agua , la Madre Tierra y el viento, te alimentan, te cuidan y protegen.
Confía, siéntete en calma, en paz infinita .
Todo,todo lo que necesitas, está dentro de ti. Mécete con el viento, siente el ligero vaivén de las ramas,
con tus hojas susurrándote versos infinitos .
Siente el trinar de los pájaros anidando en ti, llenándote de alegría y de gozo.
Inhala esa vida, exhala ese amor hacia toda la creación.
Formas una unidad con todo lo que te rodea, fúndete en ella, mécete con el ahora , con el instante
presente y llénate de eternidad.
Despacio, muy despacio, siente toda esa vitalidad en tu interior.
Agradece y bendice tu existencia y la de todos los seres que habitan el planeta.
Sé feliz, vibra vida.
Eres amor, eres luz.