Hablamos con Jesús Argudo, profesor jubilado e investigador del patrimonio arqueológico, histórico y cultural. Jesús es autor de numerosas publicaciones, la última versa sobre el megalitismo en el Valle de Chistau.
Paula Gracia: Jesús, ¿Cuántos tipos de monumentos megalíticos hay?
Jesús Argudo: Tenemos los círculos de piedra. Su uso y función no está clara, en unos se han encontrado restos y en otros no. Podían tener finalidad de reunión, enterramiento, para marcar señales, etcétera. Podemos encontrar círculos desde dos metros y medio hasta de doce y catorce.
Algunos autores denominan crómlech a los círculos de piedras, como el Crómlech de Batanes, en la cabecera del río Ara, otros dejan esta denominación para las series de menhires que cierran un espacio de terreno de figura elíptica o circular, como el más famoso, el crómlech de Stonehenge, en Inglaterra
Los menhires, que actualmente se está investigando si posiblemente nos indican caminos hacia lugares importantes.
Respecto a los dólmenes, los descubiertos hasta ahora todos estaban cubiertos, pero algunos están descubiertos y otros no, los que tienen el túmulo está sin excavar.
Y los túmulos, que son tumbas dónde se enterraban las cenizas de las personas, por ello cuando se dan a conocer se suelen encontrar huesos. Se señalaban con montones de piedras que normalmente formaban círculos.
PG: ¿De dónde viene tu interés por ellos?
JA: Siempre me ha gustado la arqueología y el observar las cosas. A raíz de una revista de arqueología de DPH, “Bolskan”, sobre los círculos de piedra del Pirineo, me interesé y vi que en el valle de Chistau no se mencionaba ninguno cuando yo era consciente que sí los había. A raíz de ello vino mi curiosidad por seguir investigando.
PG: ¿Cómo identificas las zonas que pueden tener monumentos?
JA: Me gusta observar y estudiar el territorio desde todas las perspectivas. Me guío por una serie de pautas, indicadores de la naturaleza que son extraños y me llaman la atención.
En muchas ocasiones la posición de las piedras nos quiere decir algo, si están clavadas en la tierra con una posición antinatural, es señal de intervención humana.
Recientemente hemos encontrado un menhir de tres metros y medio en el Valle de Chistau. Estaba rodeado de árboles sobre una plataforma. En este caso vi que la posición de la piedra era extraña, cerca no había ninguna parecida y empecé a investigar. Todavía no ha recibido la visita de Patrimonio. Es un conjunto que posiblemente se haga famoso ‘con el tiempo’ dada su magnitud.
PG: Y después, ¿qué proceso sigues?
JA: No soy arqueólogo por lo que mi función cuando los encuentro es comunicárselo a un profesional o contactar con la Dirección de Patrimonio de Aragón. Ellos hacen el estudio, la investigación y todo lo requerido, como la excavación.
Desde que se descubre un monumento hasta que se pone en valor, pasan muchos años por la escasa financiación y la complejidad del proceso en sí. Ahora se está empezando a poner en valor lo que descubrimos en el Puerto de Sahún hace cuatro años.
PG: ¿dónde abundan más estas construcciones en el Pirineo aragonés?
JA: En los valles de Ansó y Hecho hay una gran variedad. En Hecho se encuentra el Centro de Interpretación de Megalitismo. En el Valle de Benasque y en casi todos los valles del Pirineo aragonés se pueden observar dólmenes.
Estos monumentos megalíticos se conservan por la riqueza de nuestro territorio donde desde el Neolítico ha sido habitado por pastores que cuidaban las inmediaciones. En el Puerto de Sahún hemos elaborado un proyecto con siete rutas para dar a conocer éste entorno que alberga más de nueve círculos de piedra y dólmenes, en los que hemos encontrado restos neolíticos de ganadería. Estamos a la espera de ponerlo en marcha este verano en su primera fase.
PG: ¿Deberían considerarse un atractivo turístico?
JA: Yo creo que sí. Actualmente ya son visitados por turismo nacional procedente de Cataluña, Jaca… pero todavía no se han dado a conocer y mucha gente no sabe de su existencia. El dolmen de Tella es muy famoso, se visita por ello, pero no ocurre lo mismo con la mayoría de ellos. En mi opinión, primero se debe asentar el territorio, hacer las observaciones y estudios pertinentes y por último, que no menos importante, darlo a conocer en forma de itinerario. Donde estamos trabajando ahora abarca 2 km que se pueden hacer en 7 itinerarios diferentes con un valor patrimonial que nos lleva desde el neolítico hasta la guerra civil.
PG: ¿Qué ayudas o acciones echas en falta de órganos del gobierno?
JA: Ayudas se destinan muy pocas, llegan con cuentagotas.
Hay yacimientos neolíticos que se están dañando por desconocimiento, por no estar señalizados. En Semana Santa del 2021 por ejemplo se tuvo que actuar en un yacimiento neolítico situado a la entrada al Ibón de plan, en él había más de 300 coches aparcados. Se denunció lo ocurrido en la zona, las administraciones tomaron nota y pusieron una barrera para impedir el paso.
Por ello es imprescindible realizar en primer lugar acciones de conservación. Después darlos a conocer, darles la difusión que merecen, con su debida señalización. La gente no acude a verlos por desconocimiento.