Sin necesidad de alzar el telón, Adán Giménez Giménez “Nano” se sienta al piano y empieza tan fuerte que dudas si va a conseguir mantener expectativas creadas. Su pasión por la música es visible. Parece estar aislado de todo lo que le rodea. Las notas que fluyen recorren cada músculo de su cuerpo. De los dedos al alma. Apenas respiras. Adán Giménez, Nano, es autodidacta, dicen. Yo no sé si creérmelo. La lección magistral que da rozando las teclas me hace dudar. El resto de la formación no se queda atrás. Da igual lo que toquen, jazz o jota, flamenco o guajira. Casi dejo de escuchar su son para observarles. Miro los dedos de la percusión y ahí está. La música les recorre. El bajo, la trompeta, la voz. Todos se lanzan miradas cómplices llenas de felicidad. Han vuelto. Se han subido de nuevo a las tablas a mostrar su arte. Su cultura.
Apreciar la cultura gitana. Así abrió Tamara el acto. Y respingas en el asiento. Cultura gitana. La aprecias sin saberlo. Oyes la frase y tu mente recorre aquellos a quienes admiras. Solo entonces reparas en que el flamenco es más gitano que español.
Miras el escenario y ahí están, más gitanos que payos, qué dicen ellos. Y arte. Mucho arte. Olé mi Gerardo, va diciendo Raul de Huesca, casi en susurro. Olé tu Gerardo, replicas sin hablar.
Si es jazz o flamenco o ritmo latino no lo sé, soy más experta en otras artes, lo confieso. NanJazz suena a fusión. Aquí una jota, ahí una guajira. Pena de butacas protocolarías, maldito virus. Empiezo a pensar en un buen vino y una suave conversación con esta música en vivo de fondo. Algún día llegará. Todo llega.
Mientras tanto, auditorio del centro de congreso que nos da, cada fin de semana, bocanadas de aire fresco que te renuevan, te “resetean”, te animan a seguir. (Gracias Ana, gracias Javier). Y la gente de Barbastro que de nuevo responde.
No es difícil que te hagan sentir el ritmo. Tic, tac, tic, tac, y tú te mueves.
Tic, tac, tic, tac. Lo que es difícil es que te hagan vivirlo. Revivirlo, que te hagan revivir el ritmo es misión casi imposible. Y NanJazz lo consigue. Escuchas y viajas. De sus notas sale un jota y piensas en mamá, que la ama. Cambio a un ritmo latino y vuelves a tus antros de juventud, ¡ay, mi Madrid!, cuando molaba mucho el salseo.
Esta semana de flamenco me ha hecho sentir tanto que quiero imaginarme un cartel de momento inexistente: «Rito Flamenco en Barbastro», abril de 2022. ¡Qué soñar es gratis!
NanJazz nos deleitó en Barbastro el sábado 17 de abril de 2021.