Por la presente se comunica que, con fecha del 8 de junio del corriente, el recluta James F. Ryan, de Peyton ( Iowa), fue dado por desaparecido durante los cruentos combates mantenidos por aquellas fechas en la provincia afgana de Helmand. La subsiguiente operación de rastreo a cargo de nuestros satélites fue precozmente abortada, al comprobarse que los técnicos del Pentágono se limitaban a espiar impunemente la vida sexual de los lugareños. Se desplazó a continuación hasta allí a un equipo optimizado de Fuerzas Especiales, el cual volvió con cincuenta pares de orejas pero sin información alguna. Dada la gravedad del caso, recurrióse a los supervivientes de la escuadra suicida del capitán Miller, lamentablemente dada a conocer ya mundialmente por Hollywood. La unánime respuesta de los integrantes de la misma, cuyas facultades se hallan mermadas por la edad y los gajes de la profesión, fue que ellos ya habían rescatado al cabroncete de Jimmy Ryan en Normandía, a su primo en Corea, a su hijo en Vietnam, y a su nieto en Kuwait, así que de la residencia para veteranos no los saca ni Dios, o sea, Abraham Lincoln.
Es en urgencias como ésta cuando la Agencia suele recurrir al Dr. Tolaba del Barrio, de nombre Antón, catedrático de Protohebreo y otras Bellas Letras en la célebre universidad de Tiroteo, sita en el mexicano estado de Ven-acá-si-eres-macho. La repuesta entusiasta del Doctor, siempre dispuesto a una batallita más, dio alas a la esperanza, por más que la Agencia, acostumbrada a las extravagancias de Antón, hubiese de correr con los gastos de un curso de postfilología estructural para la Asociación de Pobres Indiecitos del Yucatán, quienes sin duda extraerán un gran provecho del mismo.
Cumplida esta demanda el Profesor, que siempre tiene escrito su testamento, se dispuso a ser insertado en zona hostil, insistiendo en vestir, en lugar del mono de camuflaje Marine Pattern, una sudadera de Paulina Rubio y un par de calzones como los que usa el ranchero, confiando asimismo su manutención a la buena voluntad de las gentes, famosas en ese país por su manía de atentar contra las partes pudendas de los foráneos. Parachutado así entre las tribus pashtunes, no tardó en localizar nuestro agente, conservando intacta su hombría, la posición Iwojima mon amour, defendida precariamente por un pelotón de marines a cuyo frente se halla la corpulenta sargento Marilyn Stallone, llamada también Silvester Wonderbra, y que al parecer es muy conocida en el Cuerpo tras ganar el concurso de escupidores de tabaco. Ante las preguntas de Mr. Antón Tolaba, ésta se limitó a asegurar que ni sabía dónde estaba Jimmy ni le importaba, y que todo le pasaba por tener un abuelo en los paracas. Sospechando de ella nuestro hombre, que no había olvidado su guitarra, empezó a recitar su repertorio mariachi, antes de acabar el cual, visiblemente alterado todo el pelotón, la sargento Stallone aceptó confesar, aduciendo haber mentido a causa de su mal de amores, ya que a fin de cuentas todo el malentendido se debía al acoso sexual del pobre Ryan quien, en el momento de abandonar su puesto acababa de ser víctima del enésimo asalto del fementido marimacho. Y es que una no es de piedra, acabó reconociendo ést@, soltando una lagrimita. A lo cual no tuvo otro remedio que revelar el paradero del pobre mozo o gili de la cuestión. El destino de éste tras su precipitada huida no era sino la mismísima aldea afgana de enfrente, tomada por los talibanes y con la cual hay un diario y puntual intercambio de fuego a las 12 del mediodía, hora Zulú.
Ni corto ni perezoso, Antón se limitó a coger de nuevo su guitarra y dirigirse a las trincheras del enemigo, al tiempo que continuaba con sus rancheras. Perplejos, los afganos lo recibieron aceptablemente, aunque no sin cierta prevención. Para romper el hielo, el buen Doctor, buen conocedor de las lenguas locales, les mostró la foto que mucho atrás se había hecho con Osama bin Laden en cierto local de Las Vegas, dando a entender, para cachondeo de todos, que el carismático yihadista también había sido cocinero antes que fraile. Tras el posterior convite a base de productos de la tierra, el jefe de los talibanes comenzó a explicar que al principio el americano había tenido buen rollo allí. “Al principio -dijo- hizo buenos progresos en el dialecto local e incluso le cogió afición a la música qawali, pero luego empezó a despotricar cuando vio lo que hacemos con los prisioneros, y tras convertirse al Islam se puso a llorar como un crío durante la ceremonia de circuncisión. Bueno, la verdad es que el barbero se pasó un pelo. Lo cierto es que el mozo se largó esa misma noche y ahora ahí lo tiene, en el fondo del barranco “. A lo cual el arráez señaló con el dedo a la tierra de nadie, en donde Jimmy, incomprendido por todos, llevaba cuarenta días sentado en la postura de la flor de loto, dedicado a la meditación trascendental bajo una pancarta pacifista (haz el amor, no la guerra) sobre la que ambos bandos hacen puntería diariamente.
Procedió pues el bizarro mejicano a acometer el quiz de la cuestión. Acercóse al desertor interpretando temas country de Dolly Parton y Keny Rogers, melancolías musicales capaces de despertar la morriña del más aguerrido soldado, todo ello sin lograr que el muchacho se alterase lo más mínimo, empeñado en seguir con su postura y su mantra (Ommm…). Se le dio entonces a olisquear al antiguo marine una Big Mack de tres pisos, con su barbacoa y su salsa texana, bocado éste que representa la esencia culinaria USA: nada. A su debido tiempo, se echó mano de un atrevido montaje audiovisual de alto voltaje (ustedes disculparán), con la bella Rocki Roads entregándose en estéreo a un equipo de béisbol, sin que el mozalbete aparentase síntoma alguno de querer volver a la espontaneidad típica del contribuyente medio.
El resultado final de la misión se presentaba por lo tanto incierto, pero es en momentos como éste cuando Mr. Antón Tolaba obra milagros, gracias a sus múltiples talentos. Después de pensarlo un rato, se acercó de nuevo y, susurrándole a la oreja al aprendiz de Buda dijo algo así como: “Pues tú haz lo que quieras, pero la cuestión es que según dicen Britney Spears va a cambiarse de sexo”. Ante la noticia de que la Novia de América estuviese a punto de convertirse en trans, Jim por fin mostró una súbita alteración y, abandonando el anquilosamiento de su antinatural postura, corrió hasta su antiguo puesto para congraciarse con la sargento Wonderbra, junto a la cual lideró una heroica carga a la bayoneta que barrió las líneas afganas, todo ello en nombre de Britney y de los más esenciales valores estadounidenses. Se añadirá que tras esta acción Marilyn y el chico de Iowa congeniaron inesperadamente, y que desde entonces vienen sosteniendo una tórrida relación en la posición Iwojima, al pie de las nieves perpetuas del Hindu Kush.
Respecto a nuestro ínclito Antón, extraído exitosamente de la zona de combate, se limitó a reintegrarse a su cátedra, confiando justificadamente en que el Gobierno de los Estados Unidos le conceda alguna de sus más altas condecoraciones.