El administrador apostólico de la Diócesis de Lérida y obispo de Tortosa, Xavier Salinas, notificará la próxima semana a la Generalitat la entrega de los «bienes de la Franja» a la Diócesis oscense de Barbastro-Monzón. Serán un total de 88 piezas, aquellas sobre las que se ha reconocido que son propiedad de parroquias pertenecientes a esa Diócesis aragonesa.
Se abrirá de esta forma el proceso oficial para cumplir con la sentencia de los tribunales eclesiásticos, convertida en firme y avalada por otra resolución dictada hace un mes por el Tribunal de la Rota, que ordena a Lérida entregar dichas obras de arte a quien considera que es su legítimo propietario. Todo ello como colofón de un contencioso que se inició en 1995, con la reclamación planteada en este sentido por la Diócesis de Barbastro-Monzón.
Fuentes del Obispado de Lérida confirmaron ayer a ABC que será la próxima semana cuando «se iniciarán los trámites» para entregar a Aragón esas 88 piezas, pertenecientes a estilos y épocas muy diversas, desde la Edad Media hasta la Edad Contemporánea. También indicaron que, hasta ayer, todavía no se había notificado a la Generalitat el traslado de dichas obras de arte.
De momento, silencio
Entre tanto, ni autoridades eclesiásticas ni de los gobiernos catalán o aragonés desvelan qué puede ocurrir a partir de ahora. Los obispados de Lérida y de Barbastro-Monzón insisten en que el asunto es estrictamente privado: unas obras que pertenecen a la Iglesia y que van a cambiar de sede como consecuencia de un litigio privado, que se ha visto en la jurisdicción eclesiástica, cuyas sentencias tienen plena eficacia en el ordenamiento jurídico español y que, por lo tanto, han de cumplirse.
Mientras tanto, la Generalitat insiste en que son piezas que están catalogadas como «bien cultural de interés nacional» de Cataluña.
Más allá de estas posiciones previas, que quedaron de manifiesto a principios de semana, unos y otros optan por guardar silencio hasta ver cómo evolucionan los acontecimientos. Ayer, desde la Diócesis de Lérida se indicó que Xavier Salinas -que se encontraba en su sede episcopal de Tortosa- no quería hacer más declaraciones al respecto.
Por su parte, desde el Departamento de Cultura de la Generalitat seguían remitiéndose ayer al contenido del comunicado que el consejero Joan Manuel Treserras hizo público el martes en contra del traslado de estas piezas. Ahora, la Generalitat queda a la espera de que el Obispado ilerdense actúe y, a partir de ahí, mover ficha.
La catalogación y la propiedad
De antemano, la Consejería catalana de Cultura sigue subrayando que todas esas obras de arte aragonés están catalogadas como colección. Es decir, que se han de preservar todas porque algo que afecte a una sola de ellas -caso del traslado- se entendería que atenta contra el mantenimiento de toda la colección artística. Y toda ella está declarada «bien cultural de interés nacional».
Sin embargo, catalogaciones al margen, la Diócesis de Lérida y la de Barbastro-Monzón ya afirmaron a principios de semana que ningún acto administrativo puede poner en cuestión la propiedad de esas piezas, que son de la Iglesia y, por lo tanto, es a la Iglesia a la que le corresponde determinar dónde residen.