Acaba el fin de semana y el club Montañeros de Aragón de Barbastro se ha multiplicado. Entre sábado y domingo todas las secciones han realizado actividad y esto es una espiral que insufla ánimo y dinamismo.
¿Saben cómo se expresaba Jairo Lanau al comentar su ascensión al pico Collarada?. Pues así:
”Vaya equipazo humano tiene el club. mab, cada día disfruto más de la montaña…”.
Los alpinistas y los de Senderismo Infantil habían cambiado sus objetivos a causa de las malas previsiones meteorológicas. Mientras los alpinistas cambiaban la Maladeta por Collarada los de Senderismo Infantil descartaban Bujaruelo para ir a Nocito.
Entre el sábado y el domingo más de cien personas se han echado al monte y el objetivo no es sólo pisar senderos o subir cimas, es verdad. En la experiencia montañera hay algo más, algo muy social, muy amistoso. Cultivamos hasta el extremo la solidaridad y camaradería dando la mano cuando hace falta y sabiendo que o bien atados en la misma cuerda o bien caminando en la misma fila somos todos uno y al final del día estamos más juntos que al comienzo.
Estos fines de semana tan gloriosos sirven de bálsamo que rellena pilas para encarar otra semana de trabajo y alejar cualquier atisbo de estrés o pesadumbre en los corazones.
En las filas de estos cien participantes no ha habido límites de edad porque incluían desde niños hasta octogenarios. Ixeia Lacau reunía una entusiasta treintena de fieles entre las familias que caminaban por la cara norte de Guara. Por otro lado otros treinta seguidores de Leles Fábregas y su Marcha Nórdica disfrutaban por la orilla derecha del Ara entre Jánovas y Albella o san Felices para visitar ermitas e iglesias en las que antiguamente se rogaba a san Úrbez para que lloviera.
Sabemos que los barranquistas tenían planes para descender cañones en Navarra y los escaladores continúan con sus cursillos de adultos y niños combinando los rocódromos con paredes –escuela allí donde haga falta para trepar y disfrutar de su pasión.
Quizá me resulta más fácil hablar del XXX Encuentro montañero entre nuestra asociación y el CAF hermano de Tarbes.
Otros cuarenta participantes hemos ascendido desde el río Vero por el sendero acondicionado de las “Escaleretas” para visitar los abrigos de Gallinero o Barfaluy y poder apreciar esas pinturas rupestres tan significativas del Arte Esquemático.
Más que camaradería, hemos vivido una jornada intensa entre abrazos de bienvenida y besos de despedida sintiendo una euforia contagiosa con los amigos franceses que lo son ya “de toda la vida”. Treinta encuentros semestrales son quince años visitando parajes a ambos lados de los Pirineos pero, como decía al principio, lo importante siempre será la convivencia y los lazos de amistad cada vez más estrechos igual que tantos senderos recorridos. Nos damos cuenta que han pasado muchos años y los esfuerzos y objetivos hay que adaptarlos a las capacidades que la edad y la salud nos van permitiendo pero en cuanto nos sentamos a la mesa no tenemos un minuto de pausa entre animadas conversaciones y risas que finalizan siempre en cánticos que son verdaderos himnos a la amistad cultivada con mimo en cada “Rencontre”.
Como sigamos a este ritmo en nuestro club, veremos crecer y crecer a una familia barbastrense de deportistas que llevan a su ciudad y sus montañas muy dentro pero tan lejos como haga falta para vivir sus momentos más felices.