La decimocuarta edición del PolifoniK Sound concluyó ayer tras un fin de semana de apoteosis con una combinación mágica de buena música, buen ambiente e impacto en el territorio. Un total de 8.000 personas han disfrutado de las actuaciones en el recinto ferial de Barbastro y 3.000 personas de los conciertos que tuvieron lugar el sábado en el centro de la ciudad, en el Paseo del Coso.
El festival ha ratificado con cifras el éxito de un formato propio diseñado año a año por sus
directores, Iván Arana y Luis Moya, hasta configurar un festival con su personalidad, con un estilo propio y reconocible, que ha calado en el público y ha culminado con el éxito de esta edición, en la que el festival comenzó con el cartel de “todo vendido” y en la que la organización ha revalidado el esfuerzo y el trabajo de esta edición y de las anteriores.
PolifoniK Sound es la historia de un festival ligado al territorio, a Barbastro y al Somontano, que nació como homenaje a un amigo fallecido y ha ido creciendo exponencialmente hasta alcanzar la cumbre de los festivales y convertirse en una referencia nacional como refleja la diversidad de la procedencia de los asistentes y su alto grado de fidelización entre el público, del que una parte considerable adquiere el abono cuando aún no se conoce el elenco de artistas que participarán.
LAS PROCEDENCIAS SON MUY VARIADAS
Este año, además de Aragón, vienen de: Madrid, Cataluña, Valencia, País Vasco, La Rioja, Navarra, Castilla y León, Castilla La Mancha, Andalucía, Baleares y, en el ámbito internacional, Francia y Suecia.
El PolifoniK es un festival y es más que un festival, ya que se ha convertido en una marca
turística del territorio, al que buena parte del público acude atraído por el disfrute de un evento de estas características en un lugar tranquilo, en el que además puede disfrutar de la gastronomía y de atractivos turísticos.
Dos días con más de 40 actuaciones en siete escenarios distintos, cinco de ellos en el recinto ferial, a los que se suman el instalado en el corazón de la ciudad y la propia Bodega Laus. Más de 30 grupos en una programación intensa y muy cuidada por los organizadores para que los solapamientos entre artistas sean mínimos y las renuncias del público “polifonikero” no sean más de las imprescindibles. Arana y Moya se esfuerzan, con su entrega y con el apoyo de su equipo, para que la experiencia del público y el disfrute -y también de los artistas- sea completa. Es parte de la fórmula, de la esencia de un festival hecho con mimo desde su primera edición y con grandes dosis de perseverancia.
En esta edición, buena parte de los momentos más álgidos se vivieron con los conciertos de los cabezas de cartel: La M.O.D.A., Sidonie, Ginebras y Second, pero también con otros grupos como Arde Bogotá, Niña Polaca, Ángel Stanich, Karavana, Jordana B, Siloé, Suena Babilonia, Alison Darwin y Los Invaders, entre otros.
Además, parte de la magia del festival es dejarse sorprender por nuevos grupos -los organizadores siempre han tenido buen olfato para seleccionar bandas que con el tiempo han ratificado su éxito-. Además, los djs han ido cogiendo peso específico en el festival hasta contar con un escenario propio. Lo mismo ha sucedido con aspectos inicialmente complementarios como el PolifoniK Kids, que este año ha contado con programación musical específica.
Un festival en suma que cuida cada detalle, en el que los artistas reconocen sentirse como en casa y una cita marcada de antemano en el calendario del público amante de los festivales, un público que cada vez tiene un rango de edad más amplio.
PolifoniK Sound también ha mostrado su compromiso con la sostenibilidad y en esta edición la totalidad de los vasos y el 90 por ciento de los envases de bebidas de esta edición han sido 100% reciclables. Además, se ha comprometido con causas sociales ya que el importe recaudado por la recogida selectiva de vasos irá destinado a la Asociación Española contra el Cáncer Somontano.
Más info en la web del festival aquí.