Por Blas Broto
El pasado 8 de marzo, día internacional de la mujer (segundo día de la mujer, porque santa Águeda también lo es, pero en otro plan …) el fugado Puigdemón, luciendo lazo amarillo, hizo un comunicado desde Waterloo afirmando que si en Cataluña hubiera una república los derechos de la mujer no quedarían cercenados como ocurre en la opresora España: en una república catalana la mujer no tendría problemas.
(Aquel día en París se manifestaron 1500 mujeres y hubo periódicos que no hicieron mención alguna a la conmemoración…)
En mal momento lo dijo, porque al día siguiente trascendieron las palabras del republicano Luis Salvadó, Secretario de Hacienda de Cataluña, que para seleccionar a la Consejera de Educación, ante los problemas que había para dar con una mujer preparada, aconsejó se eligiera a la que tuviera las tetas más gordas…
En castellano el dicho jocoso y malintencionado es «ante la duda la más tetuda», que viene a confirmar que lo que se dice, al respecto, en Cataluña coincide con lo que se dice en el resto de España: en eso somos iguales.
El granuja Luis Salvadó, republicano clave en el proceso independentista, mandó la economía catalana sin ser economista (es ingeniero) y se hizo célebre cuando al ser sabedor, por su secretaria que le avisó, de que la guardia civil pedía permiso para entrar en su despacho, le mandó lanzar por la ventana la documentación que tenía encima de la mesa…
En los ochenta, desde Mojacar donde veraneaba, fui una tarde a las afueras de Nijar, para ver la casa donde vivía «Paca la coja», protagonista de la dramática historia que García Lorca describió en Bodas de Sangre. No pude sospechar que, años después, el drama del pequeño Gabriel ocurriría en esos mismos parajes…
A los pocos días de la desaparición se lo dije a mi mujer: a este niño se lo ha cargado alguien muy cercano y esa persona ayudará en la búsqueda y llorará en el entierro como el que más… La Historia así lo muestra. Y el niño ha sido asesinado por esa mujer-anuncio que salió a la calle con la camiseta «Todos somos Gabriel», ataviada con un lazo, un ridículo símbolo que no falta en cada reivindicación, en cada protesta, en cada actuación multitudinaria. El lazo amarillo ya cansa.
La Federación Andaluza para la Igualdad Efectiva (FADIE) denunció que en España de 23 niños asesinados por su familia 16 lo fueron por las madres y 7 por los padres. La superioridad física del hombre sobre la mujer hace que algunos las asesinen y la superioridad de la mujer sobre los niños provoca lo mismo…
Algunos creeen que esto se arrela con más leyes, pero yo no lo creo. Otros piensan que hay que educar en la igualdad, y tampoco lo creo. No hay igualdad y nunca la habrá porque cada uno es como es. Es como legislar contra la caída de los objetos al suelo. Por el contrario hay que educar en el respeto, porque de él depende la armonía en las relaciones humanas. Pero ¿cómo van a legislar en el respeto unos diputados que a veces no guardan el debido respeto a otros diputados? Sieyes dijo que puesto que no somos iguales para evitar que los fuertes se imponag a los débiles la ley ha de procurar la igualdad jurídica. Jurídicamente somos iguales, pero nada más. Edúquese en el respeto y cuando el respeto no se aplique acúdase a la ley la cual a todos se aplica por igual.
La alcaldesa de Madrid cree en una igualdad muy curiosa, con la que no estoy de acuerdo: para ella todos los hombres tenemos el gen del mal, luego todos somos iguales; para Carmena el mal tiene sexo.
¿Y la asesina del niño Gabriel? ¿Es un hombre disfrazado de mujer?.
Sea lo que fuere decidió no respetar a otro.