Los encontramos en cada fiesta, en cada competición deportiva, en romerías o demás tradiciones u acto social y también en la parte menos amable, en los accidentes. Son nuestros ángeles de la guardia que velan por el buen desarrollo de cualquier actividad que tenga lugar en nuestra comarca e incluso más allá, ya que acuden siempre que pueden a la llamada de otros territorios que demandan. Son los voluntarios de Protección Civil del Somontano, un cuerpo de seguridad ciudadana que hoy se ha hecho imprescindible en nuestra sociedad, pero que precisa relevo generacional.
En su sede en la Avenida Ejército Español nos reciben para difundir un trabajo callado y gratuito y para animar a la comunidad a que se acerquen a conocerlos y, por qué no, a probar y formar parte de la red de voluntarios del servicio de emergencias del 112 del Gobierno de Aragón. No hay dinero que recibir, pero sí la inmensa gratificación de aportar algo a la sociedad.
La Agrupación de Voluntarios de Protección Civil del Somontano surge hace casi 25 años. En sus orígenes rondaron los 25 miembros ya que también se incluían bomberos. Actualmente la forman catorce voluntarios, una cifra “que debería aumentarse”, como explica su presidente José María Satué, “porque todos vamos cumpliendo años y haría falta más gente joven, aunque sabemos que es difícil involucrarlos”. “Esto es un compromiso, pero no quiere decir que estemos las 24 horas del día ni los 31 días del mes. Vamos rotando. Tenemos un teléfono de emergencias que hay que atender, pero los fines de semana vamos variando para darnos días libres”, comenta.
Uno de los miembros veteranos, Luis Bautista, con quince años en la agrupación, lamenta la falta de compromiso que existe en la sociedad: “La gente no se compromete por nada, en estas agrupaciones como en todas se requiere mucho compromiso, tenemos que dejar a nuestras familias, nuestro tiempo para atender a los demás. En ese sentido, creo que no estamos lo suficientemente valorados”, se queja. “Creo que somos poco conocidos, la gente no es consciente de la labor que realizamos -apunta Bautista- Somos una agrupación digna de admirar. Cuando vamos a los congresos a los que acuden todas las agrupaciones de Aragón de Protección Civil se dan cuenta de lo que tenemos en el Somontano. Si nos llaman de Sariñena, Sabiñánigo, Monzón, Alcañiz … es porque nos ven como trabajábamos, somos voluntarios, pero hacemos un trabajo como si fuéramos profesionales”.
La Agrupación recibe una subvención del Gobierno de Aragón y de la Comarca del Somontano de Barbastro para costear sus intervenciones: dietas o materiales. “Aquí no se cobra nada. Somos voluntarios y no cobramos por servicios”, recalca el presidente.
La nueva sede, propiedad de la Comarca, ha supuesto una considerable mejora. Antes se ubicaban en el Parque de Bomberos, ahora provincial, con lo que han ganado más espacio y una ubicación que permite acudir andando desde el domicilio y atender más rápidamente cualquier suceso en el casco urbano. Cuentan con una buena dotación de material con tres vehículos, dos motos, dos remolques y con ellos acuden a todas las emergencias, pero insisten en que se precisa “más gente joven”. Sin embargo, el relevo generacional no es un problema exclusivo del Somontano, ya que en el resto de la Comunidad Autónoma la media de edad de las agrupaciones de voluntarios es alta, cuenta Satué.
Instantes antes de realizar esta entrevista recibían una llamada de servicio de emergencias de Aragón 112 para acudir a accidente de circulación en la avenida Navarra. Acompañan también a los forestales en incendios en el medio natural, a bomberos, a Policía Local y a Guardia Civil en todo tipo de siniestros. “Todos nos enteramos al mismo tiempo porque el 112 nos llaman a todos a la vez ante cualquier emergencia y allí acudimos”, explica Satué.
Los catorce voluntarios tienen seguro y formación en primeros auxilios, de hecho, tienen que pasar un examen antes de integrarse en la agrupación, que cuentan con una enfermera Arancha Aguilella, voluntaria desde hace tres años. “Me siento realizada, acompañada y apoyada. Esto es como una familia, con momentos más alegres y otros más duros. Sientes una gran satisfacción por poder ayudar a los demás, es algo que te realiza. Yo los veía
trabajar y siempre quería unirme a ellos. Animo a la gente a que se haga voluntaria porque tenemos mucho compañerismo y disfrutas. Vas a lugares, a fiestas, espectáculos, a competiciones deportivas y disfrutas ayudando a la gente. También hay momentos duros, pero con compañerismo se lleva mejor”.
Otro de los veteranos es José Luis Toro, con 22 años a sus espaldas, y “no me canso de seguir ayudando”. “Es una manera de ver cosas diferentes y salir de casa. En esta sociedad en la que nos comunicamos por whatsapp y por el teléfono la relación cara a cara se agradece y se aprecia”, explica.
“Devolver algo a este país por lo que me ha dado”
La última incorporación ha sido Enrique Salazar, de origen peruano pero residente en Barbastro desde hace años. Su compromiso es una muestra de gratitud al buen trato que está recibiendo por la sociedad que ha acogido a su familia. “En mi país participaba en actividades y era voluntario. Este país me ha dado la oportunidad de estar con mi familia, me ha dado seguridad. Me veo en la obligación de devolver algo a este país y una de las cosas que doy es el voluntariado”, cuenta. Otro motivo que le animó a solicitar el ingreso en la agrupación está relacionado con su afición a correr. “Participaba en carreras y siempre veía a voluntarios de protección civil en cualquier competición. Y pensaba que me gustaría unirme a ello. Y así fue un día que estaba corriendo el cross de Estadilla me acerqué a un compañero y le dije que me gustaría ser voluntario. Estoy encantadísimo de estar aquí, me han dado confianza y todos me han recibido muy bien”.
La experiencia de Enrique es el mensaje que esta agrupación quiere trasladar a la población para que cunda su ejemplo: “Enrique trabaja, hace atletismo y se prepara para correr medios maratones y otras carreras y sin embargo aún tiene tiempo para venir a colaborar en la agrupación. En la vida si alguien quiere hacer algo, lo puede hacer perfectamente. Cada uno aporta lo que puede”, afirma Satué.
El Festival Vino Somontano, el mejor aprendizaje
En el currículum de la agrupación destacan las intervenciones en la prueba ciclista Quebrantahuesos, con 12.000 participantes, el reciente partido de Copa del Rey entre la U.D. Barbastro y el F.C. Barcelona, la Orbea Monegros, el Monegros Desert Festival, la Marcha Aspace, Motorland el multitudinario Festival del Vino Somontano y por supuesto las fiestas, donde han sido pioneros en colocar una pulsera de identificación para localizar a los niños que se pierden. De todos esos eventos, siempre se adquiere un aprendizaje para poner en práctica en el próximo servicio.
El mayor aprendizaje, como relatan, lo consiguieron en el evento que ha transcurrido paralelo a su historia: el Festival Vino del Somontano. “Ese fue nuestro pistoletazo de salida, en la plaza de toros con Julio Iglesia, Joaquín Sabina o Isabel Pantoja y ante 5.000 personas. En el concierto de la Pantoja igual había 25 o 30 cámaras de televisión y tuvimos que sacarla a la calle entre la Guardia Civil, Policía Local. Fueron momentos peligrosos porque entonces sólo había una salida en la plaza y por esa salida tenía que salir la artista y el público. Pero la plaza estaba llena, tuvimos que paralizar al personal para que saliera. De aquella aprendimos mucho”, recuerda Satué.
La otra cara de la moneda son los accidentes donde han tenido que auxiliar a personas conocidas, algunos fallecidos en el acto. “El mayor problema se presenta cuando hay que atender un accidente. Hay que tener sangre fría y obrar en consecuencia. Nuestra misión es llegar y atender en el momento, pero sobre todo ayudar a los grupos especiales en su asistencia. A veces, desgraciadamente tienes que atender accidentes en los que hay fallecidos. En esos casos, como en los incendios, es cuando la cabeza más reflexiona. Pero tienes que ir a todo, a los conciertos y también a los accidentes”.
Más de 1.000 horas de servicio al año
El año pasado los servicios realizados superaron las 1.000 horas. En Barbastro, unos 25 servicios anuales más algún extraordinario y la asistencia al resto de 29 municipios de la comarca, fiestas, romerías, actos deportivos, … Bautista lanza como broche la reflexión de cuántos eventos no se podrían realizar “en este país si no fuera por el voluntariado, porque estamos mucha gente dando nuestro tiempo por los demás. No solo de Protección Civil de otros ámbitos”. Satue apunta: “No obligamos a nadie. Quien quiera puede venir a probar un año, pero si a los seis meses no le gusta pues no pasa nada, en la vida hay que probar cosas”.