Querido Ramón, te acabas de ir pero hoy en el tanatorio todos te teníamos muy presente en las conversaciones. Fueron tantas veces juntos por los más recónditos rincones senderistas… Los montañeros siempre te recordaremos como un gran comunicador a través de tus filmaciones en las excursiones senderistas de Montañeros de Aragón. Te jubilaste tras una vida dedicada a tu molino y tu granja y gracias a la amistad de Ángel Santamaría (qupd) fuiste acercándote al deporte de la montaña, ya tenías la afición a grabar en vídeo heredada de tu hermano y todo se conjuntó para que fueran más de mil películas que todo Barbastro supo disfrutar cada semana ver en la televisión Local, canal 25. Pasábamos por tu casa llenos de ilusión para montar las películas pues en ellas había tiempo para el senderismo, esquí de montaña, senderismo infantil, Belenes y Zagalandias…tocábamos todos los palos de nuestro querido deporte.
Por eso en tu abundante hemeroteca pasaron muchos años de nuestras vidas y con tu paciencia y detallismo fueron acopiados, como premisa obligada, los folios argumentales que nos hacías leer, nunca improvisar. Poco a poco las películas se hacían más profesionales como aquellas cámaras digitales que dieron sus frutos ricos en vistosos paisajes, tupidos bosques y cimas nevadas tan bucólicas que hacían las delicias de los barbastrenses en los fines de semana sentados frente al televisor.
Aún recuerdo cuando pusimos tu nombre a nuestro Salón de Actos en el Club, era tan solo un pequeño detalle para homenajear al montañero que nos hizo archiconocidos a través de tus películas con las que como buen mecenas prendiste la llama que mostró a muchos el camino a seguir para aprovechar los mejores ratos de ocio por la práctica del montañismo.
Un emocionado Javi Subías recordaba tus palabras tras guiarte por el cañón del río Vero; fuiste escueto pero lleno de gratitud: “-Ha sido el día más feliz de mi vida”.
La misión de un club, de nuestro club, es iniciar si puede ser desde la niñez a todo aquel que quiera apreciar los Pirineos tan cercanos y qué mejor medio que mostrando las bellezas de la naturaleza para estrechar lazos con los mejores compañeros de viaje.
Por eso hoy, tus amigos te teníamos tan presente en los corros de anécdotas y vivencias que además de ser guardadas en lo más profundo de nuestra memoria siempre serán pretexto para afianzar una amistad que sólo puede ser forjada paso a paso en cada excursión.
Hoy no era el momento oportuno para despedirte, más bien para situarte muy cerca de todos tus amigos, una vez más con la cámara en ristre y la sonrisa tímida que ofrecías a quienes tanto querías.
Un abrazo eterno querido Ramón.