Una de las muchas facetas destacables que tiene el Alto Aragón es su gastronomía, rica y variada que se complementa con sus productos de temporada estacional, por lo que es muy frecuente en otoño encontrar platos en diferentes restaurantes que utilicen setas.
Esta materia prima local, natural y sabrosa que nos ofrecen los bosques, aporta además un turismo micológico específico, que genera riqueza a la zona y que se debe mantener, bajo una correcta gestión para que siga así. Aragón es un territorio propicio para la recolección de setas ya que posee cerca del 20% de superficie forestal, y se estima que pueden encontrarse en torno a 3.000 especies diferentes.
El taxón de los hongos es probablemente el taxón más importante para la vida, ya que es el encargado de degradar la materia orgánica por lo que es relevante para recircular el ciclo del carbono, por ello, se deja entredicho lo anti natural que es la sepultura occidental.
Las setas, comúnmente conocidas más frecuentes, no son más que el cuerpo fructífero o esporocarpo, una estructura multicelular productora de esporas para favorecer la reproducción del hongo, producida generalmente a partir de hongos basidiomicetos o ascomicetos.
Aunque la persistencia de setas existe durante todo el año la época más frecuente de recolecta se produce entre los meses de septiembre y noviembre, variando en función de la climatología anual.
He querido agrupar una serie de recomendaciones para su recolecta sostenible, no para indicar una guía de tipos de setas comunes, si no como una metodología estándar para aplicar a la hora de recoger cualquiera.
Normas metodológicas para una recolecta de setas ambientalmente sostenible:
1. Respetar las vedas y los kilos mínimos de recogida, son unas tasas que ayudan a censar el número de recolectores que frecuentan el bosque y de esa forma tener un conteo estadístico para estimar poblaciones. A veces suponen un gasto desproporcionado pero es necesario que a pinares y zonas con elevada afluencia se les exija una regulación.
Según el Gobierno de Aragón para una recogida episódica de setas el condicionante de que sea inocuo ambientalmente es una recolecta limitada a 3 kg de setas por persona y día. Aunque existen diferentes permisos que pueden exceder esa cantidad como el permiso ordinario, permisos comerciales o permisos para miembros de asociaciones micológicas.
Hay que respetar los cotos, de las zonas que estén reguladas, en Aragón existen 103 montes acotados para la recogida de setas. En Huesca hay 73, de los que 64 son de utilidad pública o de ayuntamientos y los otros nueve pertenecen al Gobierno aragonés.
Por ejemplo para ir a coger setas en la zona de la Cunarda habrá que hacer un pago previo en Colungo de 3€ por persona y día en una máquina expendedora situada en la báscula de la entrada del pueblo.
2. Utilizar cestas de mimbre, ya que la seta necesita cumplimentar su función biológica reproductiva, que se realiza mediante la emisión de esporas, con la cesta facilitamos esa emisión mientras la transportamos, además de conservarla adecuadamente en un envase transpirable.
Se encuentra prohibido por ley (Art. 24) el empleo de recipientes no aireados para el almacenamiento y traslado de las setas, salvo en el caso de recolecciones de carácter científico, en las que podrán transportarse en recipientes herméticos.
3. Correcta extracción
Encontramos controversia y existe un gran dilema ya que hay opiniones variadas al respecto entre arrancar o cortar.
En el grupo micológico de Binéfar nos indican que hay muchas discrepancias entre la correcta extracción del hongo en el campo, pero que ellos recomiendan cortar el tronco para depositarla posteriormente en la cesta.
Un experto en micología de la Universidad de Vigo en su momento me indico que la forma correcta es “arrancarla haciendo palanca desde la base extrayendo toda la seta, por dos razones:
Primero para la identificación de la seta ya que al cortar la seta dejamos restos del carpóforo y no podemos hacer una buena identificación de esa especie y segundo porque si dejas una herida en la seta por cual pueden entrar otros patógenos y hacer enfermar el micelio del hongo y que se estropee.
Es importante que tras la extracción, tapemos el agujero donde estaba la seta con la misma tierra para proteger el micelio. Tampoco debemos levantar el mantillo que protege el bosque, o levantar y rastrear el suelo.
Aunque basándonos en la ley concretamente en el Decreto 179/2014, de 4 de noviembre, del Gobierno de Aragón, por el que se regula la recolección y el aprovechamiento de setas silvestres en terrenos forestales concretamente, en los artículos 24 y 25, viene definido expresamente que en la extracción se prohíbe el arranque o la destrucción de la seta.
Por lo que no hay una respuesta correcta, todo depende de la finalidad de la recolecta, si es una recolecta recreativa para consumo, lo ideal es una extracción con corte sobre la parte inferior del cuerpo fructífero y una limpieza sobre el propio terreno, depositando en él los pies y las partes desechadas.
Sin embargo, si se trata de una recolección específica para exposición o para identificación de una especie en laboratorio por diferentes técnicas, lo correcto es arrancar para conservar la totalidad del cuerpo fructífero.
4. Recolectar ejemplares maduros.
Ocurre mucho con el conocido “robellón” (Lactarius deliciosus) que a veces se recolectan ejemplares que parecen botones, y si bien resultan graciosos a nivel de recolecta, resulta que son cuerpos fructíferos poco desarrollados, que bajo condiciones idóneas de humedad proliferan hasta alcanzar tamaños considerables.
También es muy común con la seta trompeta de los muertos (Cantharellus cibarius) y el Ruieseñor o Rebozuelo (Cantharellus cibarius) son muy fáciles de coger en zonas donde aparecen muchos de pequeño tamaño.
Las setas envejecidas o en mal estado, con larvas de insectos, comidas por animales o que se han conservado deficientemente han de desecharse siempre.
5. Llevar material e ir equipado.
Siempre que se sale al monte se debe ir bien equipado, pero para una recolecta de setas, es esencial llevar cesta, navaja, ropa larga y de abrigo, comida y agua.
Se encuentra penado por ley la remoción del suelo de forma que se altere la capa vegetal superficial, ya sea manualmente o utilizando herramientas como rastrillos, azadas, hoces, picos, palas, u otras similares. Solo son permitidos utensilios como navajas, cuchillos o tijeras para su extracción.
También es recomendable una mochila amplia donde depositaremos de vuelta no solo los residuos que podamos generar nosotros, sino que también nos llevaremos basura que podamos encontrar en el monte, ya que si todos limpiamos nuestros bosques, facilitaremos su correcto mantenimiento previniendo contaminación, impacto visual y posibles focos de incendios.
Por último, disfrutar.
Una norma genérica por parte de cualquier aficionado micológico, sería un respeto sistemático a todo el espacio natural en el cual nos encontramos para seguir manteniendo esta relación simbiótica que nos ofrecen los bosques para mejorar, nuestra calidad de vida, nuestra gastronomía, nuestra salud y nuestra mente.
Por lo tanto, el beneficio que obtenemos no solo es la recolección de setas, si no que el paseo por el bosque ha de servir como una terapia, como una simbiosis, como un servicio eco sistémico más del cual nos beneficiamos al conectar con la naturaleza.