Ecologistas en Acción-Cinca, sin haber obtenido contestación oficial alguna del INAGA en torno al escrito de nulidad sobre la instalación de la incineradora de biomasa en la capital del Cinca Medio, recibe a través de la prensa la información del supuesto rechazo del escrito de nulidad del organismo ambiental.
La agrupación ecologista, que registró a principios de abril del año en curso el escrito de nulidad, no entiende la resolución en este momento, tras la comunicación al INAGA de la apertura de una causa penal en el Juzgado no 1 de Monzón en la que están siendo investigados posibles actos delictivos cometidos en la tramitación del expediente en cuestión y tras la cual los expedientes quedan paralizados.
Ecologistas en Acción-Cinca denuncia connivencia entre el INAGA y Forestalia, pues sorprende el escaso margen de tiempo entre la filtración de una resolución no notificada a los principales interesados (quienes redactaron el escrito de nulidad) y el comunicado de Forestalia en el que se ufana de un hecho de nula relevancia administrativa.
A expensas de la lectura de la comunicación oficial y de la posterior interpretación de esta resolución, el grupo ecologista permanece realmente preocupado por el comportamiento del organismo público de gestión ambiental, pues parece priorizar la seguridad jurídica de un proyecto que vulnera los derechos a la salud de las y los montisonenses, protegidos por la legislación europea y estatal.
La organización ambiental está convencida de que en el expediente original del proyecto se alertaba de posibles vulneraciones a la legalidad que el INAGA parece omitir de manera sistemática. La calidad de vida de las y los montisonenses se verá afectada, especialmente con el incremento de enfermedades cardiorrespiratorias asociadas a la pérdida de calidad del aire, ya por encima de límites recomendados para la protección de la salud humana y los legales establecidos en legislación relacionada. Una afección que el INAGA reconoce en otras resoluciones, pero asume.
Ecologistas en Acción exige, mediante la presente, honestidad a Forestalia en sus comunicados que no pretenden otra cosa que negar la evidencia de las consecuencias de las emisiones y enmascarar la realidad de la actividad con un discurso infantil fantasioso. Una práctica que recuerda, más bien, a las compañías tabacaleras que negaban los vínculos entre el cáncer y el tabaco.