Cuando hablamos de cambio climático, generalmente nos vienen a la cabeza una serie de consecuencias muy comunes como son los incrementos de temperatura tanto atmosférica como oceánica y la subida relativa del nivel del mar en distintas zonas. Pero se nos olvidan muchas más consecuencias fruto de este fenómeno. En primer lugar tenemos que entender el cambio climático como un proceso natural a escala geológica que estamos acelerando con nuestra actividad antrópica.
Uno de los jinetes del apocalipsis del cambio climático del cual se habla menos pero no por ello es menos importante es de la invasión de diferentes hábitats por especies invasoras.
Para ello nos vamos a centrar en la ribera del Ebro que nos resulta más familiar y vamos a describir algunos casos más sonados. Tenemos la suerte de tener una variedad de especies de fauna y flora autóctonas, propias de nuestra cuenca, integradas en un ciclo natural y en un ecosistema de gran riqueza y diversidad.
Cuando se produce la introducción ya sea de forma intencionada o accidental, de especies de otros lugares, especies alóctonas o exóticas, se genera una seria amenaza para esta biodiversidad, estas especies son capaces de adaptarse al nuevo medio, lo invaden por completo. Pueden Causar daños a la agricultura, a la pesca y a la caza, a la industria energética, a las infraestructuras urbanas, al turismo y en ocasiones son vectores o reservorios de enfermedades que pueden afectar a los seres humanos.
Tenemos el conocido caso del mejillón cebra (Dreissena polymorpha). En 2001 aparecieron los primeros indicios de su presencia en el tramo inferior del río Ebro, a día de hoy continúan las consecuencias con sus pérdidas económicas, sociales y medioambientales. Es fácil comprender que cuando se traduce a dinero el problema para la administración pasa a ser de suma importancia, pero la repercusión ecológica que estas especies invasoras generan en el medio puede ser irreversible.
La administración se puso en pie de guerra y gracias a la implicación por parte de la confederación hidrográfica del Ebro (CHE) y la regulación estricta llevada a cabo A fecha de hoy, cauces tan importantes como el Noguera Ribagorzana, el Aragón, el Arga o el Matarraña están libres de este temido invasor, siendo 7 las cuencas afectadas 18 años después.
Se trata de una serie de medidas y normas de carácter preventivo para evitar la presencia de estos y otras especies como la almeja asiática (Corbicula fluminea), que se detecto en Mayo de este año, la almeja china del cieno (Sinanodonta woodiana), instalada en la cuenca desde 2016 compitiendo con nuestras náyades autóctonas por el espacio y el alimento. El famoso y sonado caso sonado del siluro (Silurus glanis).
Como otros ejemplos de especies invasoras en Aragón tenemos a la especie responsable llamativo color rosa de los distintos arrozales, debido a sus puestas. Se trata del caracol manzana (Pomacea spp.) ha teñido el bajo Ebro desde agosto de 2009. También tenemos al Cangrejo rojo (Procambarus clarkii) y cangrejo azul (Callinectes sapidus) Recientemente han sido introducidos también el cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus) y un cangrejo australiano, el yabbie (Cherax destructor), importante no confundir con nuestro cangrejo de río común (Austropotamobius pallipes) que se encuentra en estado de amenaza, era muy común en Aragón hasta finales de los años 70 del pasado siglo. Podemos encontrarlo con facilidad en Barbastro por la parte de la boquera, el vero la zona canalizada de las huertas, aunque lo común es encontrarse a su adversario competitivo, el cangrejo rojo.
Como otras especies invasoras relevantes se encuentra el Visón americano (Mustela vison), Cotorra argentina (Myopsitta monachus), Lucio (Esox lucius), Galápago de Florida (Trachemys scripta) que podemos comprar por poco dinero en la candelera de Barbastro en un arrebato caprichoso y luego cansarnos de ella y soltarla al río, como ejemplo de su introducción.
Esta amenaza no solo va ligada al reino animal, no que aquí en Aragón existen plantas invasoras como el helecho de agua (Azolla filiculoides) o el Jacinto de agua (Eichhornia crassipes) o el árbol Ailanto (Ailanthus altísima) entre muchas otras.
Parece que todos estos conflictos que hacen tirarse de los pelos a las administraciones y grupos ecologistas resultan ajenos a nuestra actividad, pero… ¿Qué podemos hacer?
- En primer lugar un consumo responsable, a la hora de poner plantas en nuestra casa, huerto o finca informarse de la procedencia y del posible impacto que puede tener al medio.
- Evitar el abandono de animales en general (de cualquier tipo), aunque se tenga estigmatizado que esta mejor en un entorno silvestre, si no pertenece al hábitat en el cual se introduce hace más mal que bien.
- Obedecer a las medias preventivas en temas de medio ambiente por parte de la administración, tanto viajando, navegando, adquiriendo mascotas. Infórmate e implícate, conociendo la normativa y cumpliendo la legislación.
Como ciudadanos que respetan su entorno y la diversidad natural de su país no podemos dejar que estos problemas sigan suponiendo un impacto ecológico al medio y un gasto económico considerable para la administración.
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