Las poblaciones de Salinas de Hoz y Colungo están a casi 40 kms por carretera, más de 40 minutos en coche; aunque por senda se encuentran a sólo 6,5 kms a pie por la Sierra de Salinas. Así, el pasado 9 de octubre, los vecinos de Colungo y localidades cercanas volvieron a recorrer la senda antigua que unía ambos pueblos, devolviendo la visita de los salineros, que en mayo ya inauguraron de nuevo este camino, recuperado por las brigadas de la Comarca del Somontano, tras casi 70 años de desuso. Este acto estaba organizado por el Ayuntamiento de Colungo dentro del pórtico de sus Fiestas en honor a Nuestra Señora del Pilar, que se celebran del 11 al 16 de octubre de este año.
La jornada comenzó con salida a las 9:00h desde la Plaza Mayor de Colungo, con la salida del grupo mientras doblaban las campanas de la iglesia del pueblo. Tras 2 horas y media, los casi 60 andarines alcanzaron Salinas de Hoz, donde también les recibía el redoblar de las campanas de la iglesia, y una exposición de tractores antiguos, entre los que estaba un Lanz Bulldog 3606 alemán creado en el año 1928 y un McCormick Farmall estadounidense creado en 1923, ambos totalmente restaurados y propiedad de un vecino de Salinas de Hoz.
Tras un breve refrigerio, se iniciaron los actos festivos organizados por el Ayuntamiento, con una charla en el local social a cargo de José Antonio Adell: “Historias y anécdotas de Salinas, Colungo y pueblos de la redolada”. El público que abarrotó el local disfrutó de dichos, canciones y leyendas antiguas, curiosas e hilarantes de todas las poblaciones, especialmente de Salinas, donde tenían la fama de un albañil que hizo una casa olvidándose de hacer la puerta; y de Colungo, de quienes desentrañó el apelativo de “figoneros”. Luego se procedió a una visita guiada a cargo de la alcadesa de barrio de Salinas de Hoz, Pilar Naval; en la que se vieron lugares emblemáticos de Salinas, como la “Torrecilla”, la Escuela y la Iglesia de Santa María Magdalena, donde esperaba a los visitantes un concierto sorpresa de música clásica a cargo de músicos locales, dirigidos por el reputado concertista internacional de guitarra clásica Raúl Viela.
La jornada se clausuró con una comida popular en el local social de Salinas de Hoz, al que asistieron más de 120 personas de Colungo, Montesa, Naval, Hoz de Barbastro, Salinas de Hoz y otros pueblos de la redolada. Un acto que selló la unión de Colungo y Salinas, recuperando conversaciones entre antiguos conocidos, familiares lejanos y recordando una época lejana en la que era habitual ir cada poco tiempo de un pueblo a otro andando o en burro. Eran unos tiempos que parecían imposibles de recuperar y que se ha hecho posible gracias al trabajo de la Comarca. Por eso, desde ambas localidades se han comprometido a mantener esta unión en los años que están por venir, porque la unión de las personas asegura la vida en nuestros pueblos.