El campeonato del mundo de esquí alpino de esta temporada ( que se celebra cada año en el hemisferio Norte, principalmente en las estaciones de centro Europa, a través de 30 a 40 competiciones) ha adquirido un nivel inusual de expectación deportiva. Alguien diría que estamos en un «momento histórico» pero, por no caer en ese lugar común tan manido en el periodismo deportivo, prefiero pensar que estamos asistiendo a un campeonato tan emocionante como fascinante.
Los principales protagonistas de la expectación son la joven estadounidense Mikaela Shiffrin y el austríaco Marcel Hirscher.
Mikaela Shiffrin
Mikaela, con solo 22 años, lleva ganadas 31 victorias en la copa del Mundo de los últimos años (44 podios) además de una medalla olímpica en el eslalon de Sochi (Rusia) en 2.014; y una General de la copa del Mundo, el famoso globo de cristal. Nunca una chica tan joven había ganado en el eslalon olímpico.
Hace dos años, en un descenso, sacó más de tres segundos a la segunda clasificada, acontecimiento que no ocurría desde 1.968. Se estima que en febrero, en las próximas olimpiadas de Corea del Norte, puede conseguir cuatro medallas….
El estilo de Shiffrin es perfecto, equilibrado, seguro y en el eslalon desliza como una veloz culebra que serpentea los palos sin ningún error. La disociación que hace entre el torso (siempre apuntando al valle, a la caída) y piernas que alternan a izquiera y derecha, es perfecta, elegante.
Para el supercampeón retirado Bode Miller, actual comentarista en televisión, Shiffrin «es el mejor esquiador, hombre o mujer, que he visto nunca». Bode Miller, de 40 años, con seis medallas olímpicas ostenta el récord de podios de un estadounidense: «Es tan equilibrada, dinámica, intensa y centrada en lo que hace que, para mí, tiene todas las opciones de ganar en cualquiera de las modalidades en que esquíe»
Aquí puede verse cómo estrenó Mikaela el año 2.018 en el primer eslalon del año en Eslovenia:
https://youtu.be/Ge-DaBSErQw
Marcel Hirscher
Marcel Hirscher es un fenómeno deportivo que deja perplejo al aficionado. El austríaco, de 27 años, lleva camino de ser el esquiador que más copas ha ganado nunca. Para muchos Alberto Tomba puede parecer la referencia del esquiador más grande conocido. Pero la comparación con Hirscher deja al italiano muy por debajo. Tomba fue una vez Campeón del Mundo general ( que incluye los campeonatos de diversas especialidades de esquí) y Hirscher lleva 6 consecutivos, desde 2.012. Tomba consiguió 50 victorias en la «tour» de la copa del Mundo (de 30 a 40 competiciones anuales) mientras que el austríaco ya ha conseguido 53 (a fecha de hoy, 14 de enero de 2018…) Y Tomba subió 89 veces al podio cuando el austríaco ya lleva 116.
Recientemente, en Abeldoben (Suiza) Marcel hizo una bajada impresionante, al descender por su famosa y vertiginosa «pared» . En este vídeo
https://youtu.be/BEfrQtJgaE8
minuto 2:14 (con el crono arrancando en el tiempo de la primera manga) puede verse la pendiente final que han de encarar los esquiadores. Abajo, en las gradas, los aficionados ven ojipláticos un espectáculo deportivo poco usual, por su dificultad máxima. En el minuto 2:20 se aprecia cómo Hirscher evita la que parecía una inevitable caída.
Su estilo es perfecto. Mientras que en el descenso, o en el eslalon, los cuerpos de los esquiadores parecen botar y sufrir con las irregularidades del terreno, Marcel baja sin reflejar nada de eso. Lo que más me admira de él es que en el eslalon los rápidos giros los hace ayudándose de leves elevaciones de los dos esquíes a la vez; la técnica usada por los comunes es levantar el esquí de adentro mientras se apoya en el exterior. Pero Hirscher levanta los dos esquíes a la vez, como una especie de saltitos, lo que requiere levantar las rodillas a una velocidad endiablada, en fuertes pendientes, cuando se encara el giro sobre el palo… No lo entiendo: parece incumplir las leyes de Newton.
¿Cómo pueden lograr ese portentoso estado físico? Hace unos años en el canal austríaco Servus (de Redbull) vi un curioso reportaje sobre el entrenamiento de los esquiadores austríacos. Recuerdo que ataban a la cintura unos carritos del supermercado, los cargaban con peso, y subían esprintando por praderas alpinas… Calculo que aquellas praderas tenían una inclinación de más del 25%. En otra prueba se ponían de pie sobre una pelota de goma, de unos 60 cm de diámetro. Poco a poco flexionaban las rodillas y separaban una pierna para quedar apoyados sobre un solo pie con la rodilla fuertemente flexionada… De ese modo aguantaban el peso en un solo pie, mientras hacían equilibrio sobre la pelota.
En primavera hacen ciclismo en Mallorca, para distender músculos…
Un poco de historia.
A quien más se aproxima Hirscher, en cuanto a racimos de premios se refiere, es a su compatriota Herman Maier, Das Monster, protagonista del accidente más terrorífico sufrido en un campeonato de esquí, en Nagano, en 1.998. Al verlo muchos le dieron por muerto..; bajaba a más de 100 km/h y un despegue de los esquís (en un tramo helado) coincidió con un fuerte golpe de aire que lo levantó y aventó a más de cien metros de distancia, tras romper varias vallas de seguridad… Das Monster se levantó ileso y a los pocos días volvía a participar en la siguiente prueba del campeonato.
Maier describió gráfiamente el accidente: «Iba muy rápido y note una fuerte ráfaga de viento por mi espalda, volé por los aires y me quedé mirando al cielo, miré hacía abajo vi la nieve y esperé a la caída». Aquí el accidente:
Maier aprovechó el derecho de imagen para hacer negocio con unas camisetas de la ocasión.
Años más tarde, en un accidente de tráfico, estuvo a punto de que le cortaran la destrozada pierna; aquella gravísima lesión le impidió participar durante dos años en el campeonato mundial. Por eso la comparación de Hirscher con Maier nuna será justa. Maier consiguió 54 victorias, ostenta el record histórico, y Marcel lleva 53 (a fecha 14 de enero de 2018)
El campeonato, los esponsor y la televisión.
El campeonato del Mundo, que dura unos cuatro meses, es posible gracias al esponsor de grandes firmas: Audi fomenta el esquí alpino (eslalon, eslalon gigante, superG, y combinada); BMW el esquí de fondo, con las pruebas de biatlon, persecución, persecución por naciones a relevos, etc. Y Toyota fomenta el esquí libre a base de vuelos (aerial) u otras modalidades (mogul).
Eurospot es el canal que emite el campeonato, con una retransmisión estupenda, perfecta, con extraordinarios comentaristas y cámaras colgadas de sirgas que permiten seguir a los deportistas en panavisión; y micrófonos que captan el golpe de los bastones, el raspado de los esquís, el ánimo del público….
El ambiente de los aficionados es cordial y familiar; acuden niños de pocos años que acompañan a sus padres y abuelos. El aficionado anima con cánticos, o ayudados de grandes cencerros cuando es en Suiza…
A mi me caen bien los hinchas de la austríaca Carmen Thalmann, que pintan en su desnudo torso las iniciales de su admirada Carmen. En unas mochillas llevan aire a presión, válvulas electrónicas y en lo alto una señal de tráfico con cinco trompetas de diferentes notas musicales: https://www.facebook.com/pg/Carmen-Thalmann-Fanclub-193104136630/posts/
Son unos fans que apenas gritan, y prefieren animar a través de la música, como corresponde a unos austríacos de postín.
Hinchas-músicos de Carmen Thalmann
Como he dicho, el ambiente en las gradas es cordial, deportivo y muy familiar. Y esa cordial se repite en las gradas de cualquier estación centro europea donde se celebra el anual campeonato del mundo de esquí alpino, que este año tiene algo de especial. En este vídeo puede verse cuanto digo:
https://www.facebook.com/193104136630/videos/vb.193104136630/10151895822361631/?type=2&theater