De profesión periodista, la muestra de Tamara Marbán o Tamara Pastora (su nombre artístico, asimilado a lo flamenco, aunque en el origen esta Estadilla y su cariño por los animales) explica la vida en un barrio de Jerez de la Frontera donde vive en la actualidad, unas personas, una comunidad, un espacio, una realidad. Nos enseña la verdadera vida en comunidad, es un relato coral, comunal, alejado de los individualismos urbanos que imperan, donde la calle es escenario y el escenario calle. Y por supuesto la figura comunal por excelencia, la familia como un todo orgánico, como una familia de familias. Es la comunidad gitana, como dice Tamara, que atesora por tradición los ritmos, los cantes y la poesía del flamenco en Andalucía. Ese mismo cante que surge de la expresión genuina de la vida cotidiana, como si de un cierto respirar se tratara, como surgió y se desarrolló el blues en su dia.
Tamara se ha integrado en la Estancia Barrera, con naturalidad y sentimiento y parece muy apreciada y querida por la comunidad, a juzgar por lo colaborativos y generosos que han sido con el material videofotográfico aportado, además de las excelentes fotografías tomadas por la artista-documentalista (ella se define como documentalista y cómo tal pretende que sus imágenes reflejen la verdad de la realidad. En muchas de esas imágenes hay una intencionalidad, un encuadre, un posado y ahí en un escenario elaborado por Tamara, se nos muestra la artista). Tamara nos muestra con profundidad y detalle a su familia del sur, cómo es y cómo vive y cuales son sus anhelos. Cómo transforman su dolor en cante y su alegría también. Explica Tamara que ha hecho un trabajo con amor, con el amor de querer representar la realidad tal cual es, sin filtros, o bastante escasos en su mirada. Es un ejercicio de amor que plasma la vida del barrio, darlo a conocer y hacerlo visible y, también, dentro de lo posible, promover reformas y mejoras. Una labor integradora y loable y que nos muestra el perfil más solidario de la artista.
En la exposición, en la planta baja de El Moliné nos encontramos con un serie de retratos ampliados que muestran el tejido y los personajes más relevantes del barrio; en la primera y segunda plantas nos muestra una colección de fotografías del barrio, de las calles, de las personas que lo habitan, del baile y el cante flamencos, algunas de las historias de sus familias aportadas por los propios barrerenses; y en el último piso podemos ensayar unos pasos flamencos delante del espejo, mientras seguimos el video de la profesora de flamenco de los jóvenes del barrio, en los días de esta pandemia. Sumérjanse en el aroma, en el espíritu del flamenco, en el barrio y con las personas que lo habitan para conocer y comprender otras realidades con sus propios brillos y sus propias sombras.
Con esta exposición Tamara Pastora nos invita a aprender de los otros y transvasar ideas y vivencias que nos enriquezcan recíprocamente.
La exposición, organizada por el área de Cultura del Ayuntamiento de Barbastro, se enmarca en un ciclo dedicado al flamenco que se va a desarrollar a lo largo delo mes de abril con conciertos y talleres para dar a conocer esta manifestación artística andaluza, y propia del pueblo gitano. La muestra de Tamara Pastora abría este ciclo al que siguió una actuación este pasado sábado.