La noche es interminable, los días se entrecruzan
en el abismo que denota el silencio,
en el corazón que trae el tiempo.
El viento viene cargado de esperanza,
de amor que se retrasa,
como una mañana soleada.
Solo sonrisas amadas
en la cañada de un sentir que te abraza,
con el brillo profundo de la luna húmeda y mojada.
Un misterio de rosas rojas y blancas,
alumbran el despertar a un amor continuo,
sin tiempo ni espacio.
Tus labios inspiran mi rostro
con una larga sonrisa de mirada infinita,
alargando los brazos en busca de un beso anhelado.
Jugando con colores, con olas que van y vienen,
cargadas de musas escondidas en recónditas grietas,
entrecortadas en piernas perdidas
en placeres desconocidos
tan remotos, que todavía no existen.