El palacio renacentista fortificado de los Altarriba de Permisán (s. XVI), uno de los monumentos declarado Bien de Interés Cultural de la Comarca del Somontano, sigue deteriorándose y amenaza con la caída de cascotes que podrían ocasionar daños a los vecinos de esta pequeña localidad perteneciente al municipio de Ilche.
La asociación de vecinos lleva años reclamando a su propietario, el obispado de Barbastro – Monzón, y a otras administraciones una intervención de urgencia en este monumento ante su estado de ruina. La última petición data del pasado mes de agosto cuando a raíz de unas intensas lluvias a lo largo de siete días se produjeron caídas de cascotes de lo que queda de tejado y de su fachada. Ello genera una sensación de peligro ya que el palacio fortificado se encuentra en una calle donde residen vecinos, quienes temen que el día menos pensado reciban un impacto de cascote.
«Los vecinos desde hace muchos años, manifestamos el estado de ruina en el que se encuentra la edificación, el riesgo de desplome que se puede producir y su situación de abandono. Desde la asociación de vecinos insistimos en informar del estado en el que se encuentra, tanto por su valor patrimonial, como por le riesgo que supone para nuestra integridad», explican en una carta que han remitido al obispado de Barbastro – Monzón y al Ayuntamiento. «Estamos cansados de que nadie haga nada y se pasen la ‘pelota’ los unos a los otros ya que los que nos quedamos igual, somos los vecinos», señalan.
Esta asociación hace un llamamiento público a todas las «autoridades competentes» para evitar sufrir daños personales o materiales «dado que ante el empeoramiento del estado y los repetidos desprendimientos que se producen las posibilidades de vernos afectados cada vez son mayores y tememos el peligro que corremos».
Cabe apuntar que la última intervención en el inmueble tuvo lugar en 2010 cuando se valló su perímetro para evitar el peligro. Sin embargo esta medida no ha sido eficaz ya que la altura desde donde caen los cascotes hace que éstos lleguen hasta la calle por donde a diario transitan los vecinos y se aparcan coches.
Permisos de Patrimonio
El obispado de Barbastro – Monzón y el Ayuntamiento de Ilche son conscientes de esta situación, lo que les llevó a solicitar hace más de un año a través del arquitecto municipal permisos de intervención ante Patrimonio del Gobierno de Aragón. Como recuerda el ecónomo de la diócesis, José Huerva, hace más de un año y medio «se solicito a Patrimonio de la DGA intervenir y hasta que no llegue estamos atados».
El ecónomo indica que por parte de la diócesis hay voluntad de seguir actuando en este monumento «para quitar el peligro. Por nuestra parte no hay ningún inconveniente en obras porque el 26% del presupuesto de la diócesis lo gastamos en restauración. No tenemos problemas económicos ni financieros, pero necesitamos que el Ayuntamiento nos comunique que han recibido el permiso de la DGA y entonces podremos quitar el peligro»
Lista roja de patrimonio
El ruinoso estado de conservación del palacio Altarriba ha sido denunciado por la asociación Hispania Nostra que lo incluyo hace unos años en su ‘lista roja’ del patrimonio español.
El palacio fue una propiedad de la familia Altarriba, señores de Permisán. Posteriormente pasó a los condes de Fuentes. Estos señores lo donaron a la parroquia y se convirtió en una abadía en la que hubo actividad religiosa hasta el comienzo de la guerra civil.
El palacio fortificado, renacentista, se alza en un extremo de la población, con planta cuadrangular de unos 20 por 14 metros y en una de sus esquinas se destaca una torre cuadrada de 6 metros de lado. Como palacio fortificado cuenta con potentes muros de sillería, horadados a alturas diferentes por abundantes vanos. Está compuesto por dos grandes bloques, con funciones defensiva y residencial. En la parte superior del área de vivencia cuenta con una galería de arcos de ladrillo, la mayoría cegados en la actualidad, fruto de una segunda fase constructiva, y que el obispado quiere retirar para evitar los desprendimientos.
El palacio contaba con dos torres defensivas sobre la recia base de sillares de piedra en talud. Una protegía la parte posterior y un flanco del edificio, la otra delimita las fachadas del palacio y la Iglesia. Adosada al palacio y coetánea a este se encuentra la Iglesia parroquial. Al parecer es el único palacio preparado para la artillería en Aragón, lo cual hace de este monumento una construcción extraordinaria.
Intervención en la iglesia
Donde sí se ha intervenido en las pasadas semanas el obispado es en la iglesia parroquial, colocando un tajado para la torre y acondicionando la fachada, sobre todo el arco de medio punto y las entradas, así como la pared de la sacristía que sufre goteras.