La recopilación de léxico aragonés en el Somontano no es una labor reciente. Han sido varios los investigadores que dedicaron sus esfuerzos a recoger el vocabulario de la lengua aragonesa hablada en nuestra comarca. El pionero durante el siglo XX fue Benito Coll y Altabás (1858-1930).
Benito Coll y Altabás
Abogado y alcalde de Binéfar, que además fue uno de los precursores en el estudio del aragonés y en dotar de un marco teórico a este idioma.
Dos de sus obras fundamentales son: Colección de voces del dialecto alto-aragonés (1902) y Colección de voces alto-aragonesas (1903), que agrupan más de 2.000 entradas.
En ellas, Benito Coll indica generalmente el lugar donde fue registrada cada voz y, pese a que su centro de interés era sobre todo las comarcas de La Litera y Ribagorza, obtuvo datos también del Somontano, y, especialmente, de Naval y de Alquézar.
Lexicográfica de Benito Coll sobre Alquézar/Alquezra
Es por ello que hemos vaciado de ambos repertorios aquellos vocablos pertenecientes a Alquézar, que, en total, son algo más de una cincuentena. En cualquier caso, muchas de las palabras que recopiló Benito Coll en otros territorios altoaragoneses son conocidas también en el Somontano, en general, y en Alquezra, en particular, pero nos limitamos a enumerar únicamente aquellas que cuentan expresamente con la marca diatópica de esta villa.
Para Coll, Alquézar se engloba dialectalmente dentro del Somontano, es decir, una variedad que, según el abogado literano, es de transición entre la de Sobrarbe y la de la zona meridional del Alto Aragón. Es un territorio que está enclavado entre las sierras de Gratal, Guara y Sevil y la carretera de Barbastro a Huesca.
Algunas de los rasgos lingüísticos somontaneses señalados y ejemplificados por Benito Coll son los siguientes:
Uso de los artículos o, a, os, as (a silla, a mesa, a vaca, as sillas, as mesas, as vacas, o campo, o caballo, o perro, os campos, os caballos, os perros), empleo de la preposición de dirección ta ‘a, hacia’ (s’en fue ta o campo, ves t’arriba, irás ta Francia) y, en la morfología verbal, utilización de las desinencias –eba e –iba en el pretérito imperfecto de indicativo, de las formas –az, –ez e –iz en la segunda persona del plural según sean los modos y tiempos, y de los morfos –ón e –ión en la tercera persona del plural del pretérito perfecto del modo indicativo (bebión, cantón, comión, trayón).
Asimismo, apunta que en las localidades de Salas Altas y Salas Bajas se usan los artículos determinados ro, ra, ros y ras (ra viña, ras yeguas, ro burro y ros tocinos). No obstante, bien sabemos que este artículo es usado o conocido en otras poblaciones de la comarca como, entre otras, Ponzano, Buera o Castillazuelo.
La compilación de vocabulario aragonés de Alquezra no es algo circunscrito a Benito Coll, puesto que, a principios del siglo XX, otros investigadores eligieron este pueblo como punto de recogida. Es el caso del filólogo francés Jean-Joseph Saroïhandy, quien estuvo en Alquézar en agosto de 1905 y recopiló frases y tradición oral local.
Más tarde, en 1944, Pedro Arnal Cavero publicó Vocabulario del alto-aragonés de Alquézar (y pueblos próximos), que cuenta con 538 entradas y, más recientemente, en 2001, Fabián Castillo editó Bocabulario de l’aragonés d’Alquezra y lugars d’a redolada, que incluye unos 3.600 vocablos alquezranos y de pueblos cercanos.
En cuanto a la edición de estos materiales, respetamos escrupulosamente el texto original y reproducimos las entradas tal cual fueron confeccionadas, con la categoría gramatical y el significado aportados por Coll. Únicamente copiamos una vez la palabra didal, que aparece repetida en los dos vocabularios, y extraemos la definición de pitarroyo de la entrada pitarroy, que es el lema establecido por Coll.
En varios casos, el autor advierte que algunas de las voces se dicen también en algún otro punto altoaragonés (principalmente la ribera del Isábena, Ribagorza, La Litera, Sobrarbe y el resto del Somontano), pero omitimos esta información. Por último, en algunos casos, incluimos comentarios entre corchetes.
En fin, sirva este artículo como homenaje a la excelsa figura de Benito Coll y Altabás con el deseo de que estas palabras, al igual que muchas otras que componen nuestro viejo idioma, retomen vida de nuevo 120 años después de su recopilación.
Voces altoaragonesas de Alquézar/Alquezra:
aguacero. s. m. Ave del orden de las trepadoras y del género Picus.
araza. s. f. Planta forrajera de la familia de las gramíneas.
azucal. s. m. Azúcar.
bofetazo. s. m. Bofetada.
brusca. s. f. Parte insignificante o muy pequeña de alguna cosa.
butre. m. Buitre.
cachipanda. s. f. Comida compuesta de cosas muy variadas.
camilera. s. f. Liga o cinta con que se aseguran las medias.
cergüello. s. m. Especie de ciruela pequeña.
chaminera. s. f. Chimenea.
chincharana. s. f. Pájaro mosca.
cleta. s. f. Puerta formada de barrotes distanciados unos de otros.
cordia. s. f. Hierba silvestre de la familia de las compuestas.
cubillar. v. a. Cubrir un edificio, hacer el tejado.
didal. s. m. Dedal.
engalzalimentos. adj. Hambrón.
espazar. v. n. Escamparse, despejarse de nubes el cielo.
fenojo. s. m. Hinojo.
figón. s. m. Higo negro.
figonero. s. m. Higuera que produce los higos negros.
glan. s. m. Fruto del cagigo. [La forma correcta en castellano es ‘cajigo’.]
guisaltos. s. m. pl. Guisantes.
higonero. s. m. Higuera que produce higos blancos.
huembro. s. m. Hombro.
langarto. [s. m.] Lagarto.
lloca. s. f. Clueca.
lulo. [s. m.] Grano de nuez, de almendra, de avellana y otros frutos parecidos, cuando están desprovistos de cáscara.
mandil. s. m. Manta de cáñamo que se pone al pie de los olivos para recoger el fruto.
melico. s. m. Ombligo.
mistura clora. s. f. Centeno puro o sin mezcla de trigo.
pealuco. s. m. Peal.
pech. s. m. Pez.
pelinzaina. s. f. Mariposa de la col.
pinchán. s. m. Pinzón.
pitarroyo. s. m. Pájaro de tamaño menor que el de un gorrión; es de color ceniciento y tiene el pecho rojo.
polegón. s. m. Oruga de la col.
pretez. s. m. Pájaro de color pardo y un poquito mayor que el pájaro mosca.
rogío. s. m. Rocío.
sabuco. s. m. Sauco.
sabuquero. s. m. Sauquero. [sauquero es también voz aragonesa. En castellano es ‘saúco’.]
sargandana. s. f. Lagartija.
tadán. Sarmiento.
tamién. adv. m. También.
tararaina. s. f. Telaraña.
tejedor. s. m. Insecto acuático.
trincapiñol. s. m. Pájaro del tamaño de un gorrión.
tristolar. v. n. Temblar.
tronca. s. f. Tronco de un árbol.
tusir. v. n. Toser.
verdugo de cepa. Sarmiento.
zarquinada. s. m. Golpe dado con la mano.
zarquinear. v. n. Golpear a una persona con la mano.
5 comentarios
Los 3.600 vocablos de la zona de Alquézar los registra en el2001 Fabián Castillo, certeza que Vds mismos mencionan. Perdón y gracias
Si su insistencia en mi falta de moderación era porque opinaba que el vobulario de D. Pedro era mucho más reducido que el habitual, en su propio escrito mencionan que frente a los 530 vocablos registraos por D. Pedro, en 2001 en su Bocavulario sobre Alquezra, registra 3.600 vocablos.
Vuelvo a rogarles me indiquen Hal es mi falta de moderación. Gracias
He dejado una pregunta a esa respuesta, la que mencionada una vez bastaría
Sean amables, por favor, y contesten a mi pregunta
Agradecería se me indique en qué parte se falta a la moderación
Gracias
Lástima que D. Pedro se centró mucho en las reuniones de amigos o “borinas” en las que disfrutaba practicando el lenguaje, en especial, el relativo a esos actos lúdicos.
El vocabulario completo de Alquézar y buena parte del ALTOARAGON, era mucho más amplio. Fue una pena que, sin prohibir su uso como se hizo en oras latitudes, se perdió durante nuestra infancia, a base de decirnos que “eso estaba mal dicho”