El prestigioso periódico francés Le Monde se ha fijado en el trabajo de Altay Rumeu, cuya familia da vida a esta población. El artista abrirá en breve una galería de arte para mostrar sus creaciones con olivos rescatados del pantano.
Los padres de Altay, escaladores catalanes, apostaron por Mipanas en 1976; cuando lo vieron, supieron que era allí donde querían que crecieran sus hijos. No fue fácil, pero Altay recuerda con cariño sus primeros años de vida: “Entonces esta carretera no existía, había una pista de 10 kilómetros que subía el Alto Alpino, se tardaba una hora en llegar. A mi padre le decían que cómo iba a vivir aquí con seis hijos. Que si estaba loco. Cuando llegaron no había nada, ni agua ni luz. Yo me crie hasta los 14 años yendo a buscar el agua al río con cañeras de petróleo. Lo hemos ido haciendo todo nosotros, de kilómetro 0. Mis padres han sido pioneros aquí, pasaron 15 años hasta que CHE les dio la llamada ‘carta puebla’ que es una cesión sobre un terreno público para volver a darle vida”.
Altay, ¿Cómo planteas el futuro en Mipanas?
Como un proyecto de autosuficiencia rural. Hoy en día, vivir del campo, sin poseer grandes terrenos y maquinaria, es imposible. Crear un negocio de kilómetro 0, lo veo como un modo de subsistencia real en los pueblos.
Y has optado por el arte
Yo siempre me he dedicado a la obra, tenía una empresa de construcción, soy picapedrero de profesión. Me gusta la madera, pero también trabajo la piedra. Al final he creado mi propia marca, Altay Mipanas, de muebles.
¿Cuánto tiempo llevas como artista?
Es un modo de vivir. Lo he hecho toda la vida en casas particulares y por fin he creado mi galería y colección. Para mí levantar esta casa, que estaba hundida, recuperarla como era antes, con maderos antiguos y hacer en ella la galería, todo el proceso, es arte.
¿De dónde viene tu arte con olivos y piedra?
A mí la piedra me ha gustado siempre. Cuando tenía 16 años fui de aprendiz de albañil a Ligüerre de Cinca, pasé
un año en Tierrantona aprendiendo el oficio. Me enseñaron a picar la piedra. Luego me dediqué un tiempo a la ferralla. Pero siempre había trabajado con los olivos debajo del agua, al limpiar las orillas para quemar. Me fijaba en sus formas y en que siempre mantenían su color puro. Empecé a ver sus formas de otro modo y un día me dio por hacer los muebles de casa, me gustó y decidí tirar por aquí. Fue como un ‘chispazo’.
Para mí en ese momento no era arte, eso me lo han dicho los demás. Pero sí que es verdad que si quieres hacer cosas elaboradas, que llevan un proceso tan largo, o lo valoras como arte, o es imposible vivir de ello. Porque no puedes hacer una mesa, que cuesta un mes hacerla desde que la sacas del agua, y venderla a precio comercial. Son piezas únicas, de kilómetro 0, sin barnices, que llevan sentimiento y que ya las rescatas con una idea de creación para darles otra vida.
¿Todos los olivos son del pantano?
Trabajo con todo tipo de árboles. Es decir, puede ser que alguien tenga un árbol del que no se quiere desprender, pero por el motivo que sea ha de retirarse de donde esta. Entonces lo transformo en un mueble y vuelve a formar parte de su vida. Nunca voy a cortar un árbol de 500 años para hacer un mueble. Siempre han de ser árboles desechados, con un sentimiento, a los que se les da una segunda vida. Tras cientos de años se convierten en un mueble, me gustaría decir que los ‘dignifico’, pero la que ha sido digna es su vida, yo solo ayudo a que ésta se perpetúe algo más en el tiempo.
¿Cómo obtienes los olivos del pantano?
En agosto el pantano baja, entonces aprovecho a cogerlos. Cuando sube voy a pescar olivos en piragua. El fisherman, como pusimos en el storytelling en la feria de París. Además, todas las piezas las trato solo con aceite de oliva que yo hago. Es un producto 100% km. 0, cojo la madera del pantano y la trato con aceite de olivos centenarios de aquí.
¿Dónde vendes tu arte?
Actualmente estoy centrado en la colección. He tenido piezas en un par de tiendas de Barbastro, Huesca, Zaragoza, Barcelona, pero siempre piezas sueltas y realmente es un lío. Mi idea es que la gente venga a comprar aquí, hacer productos por encargo, pueden contactar en mi web https://www.altaymipanas.com. Ahora mismo, por ejemplo, estoy con un proyecto integral en una casa, diseño y elaboración, lo hago todo, desde las picas de la cocina, que las pico yo, a los muebles. Y esto quiero, hacer todo el proceso con sentimiento, desde coger la materia prima a ubicarla en un sitio adecuado para ella.
Por otro lado, Ernesto Cáncer fue el primero que confió en mi producto. Ahora mismo no tengo ninguna pieza allí, pero quiero retomarlo, porque fue el primero que al ver mis piezas me dijo que las llevara a su tienda para darles visibilidad y eso me ayudó a adquirir confianza en lo que hacía.
La feria de enero del diseño Maison&Objet de París te ha ayudado a darte a conocer a nivel internacional, ¿Cómo fue?
Álex Huguet, el marido de mi prima es comercial en Europa. Cuando le enseñé la galería y le dije cómo estaba moviendo las piezas me dijo que tenía un producto top y como tal tenía que moverse en sitios top. Mandó una foto al organizador de la mejor feria de Europa de arquitectura y decoración. A la semana me escribieron para invitarme a participar. Y me lancé de cabeza. Fue una gran inversión. El traslado de las piezas en camión, alojamiento, etc. El montaje, lo hice yo. Fuimos pocos los que nos hicimos el stand, pero es que si no te cobraban 6.000€ y al final me felicitaron por lo bien que había quedado. Además, preparé un storytelling, que se reproducía en el stand, explicando cómo saco del agua los olivos con la piragua. Fue un éxito.
¿Vendiste mucho?
No iba a vender, sino a darme a conocer. Es una feria especializada en arquitectura y decoración para profesionales. Lo que conseguí es una buena cartera de posibles clientes. He mandado catálogos a muchas partes del mundo, a empresas que se dedican a la decoración de alto standing. Estoy viendo a ver qué pasa, tanteando, es la primera vez que hago esto. Me están llamando de varias ferias internacionales. Pero vamos, a mí me da igual llevar mis obras a Dubai que a un hotel de Benasque o Barbastro, me gustaría más incluso.
¿En cuanto al precio…?
Depende de la pieza, del tiempo que lleve elaborarlas. Una mesa por ejemplo puede estar por los 2000€, una lámpara, espejo o piezas pequeñas, por menos claro. También hay otras, como un sofá que quizás va a Dubai, por mucho más.
Con la creación de tu colección estás haciendo una apuesta de tiempo y dinero por vivir km 0, ¿Cuándo abrirás la Galería? ¿Qué enfoque quieres darle?
Llevo queriendo abrir un año, pero es complicado porque lo hago todo yo. Mi idea es inaugurar en primavera. No abriría todos los fines de semana, lo quiero tomar con calma, no quiero abrir por abrir, sino cuando haya algo interesante de verdad. Yo trabajo elaborando las piezas, por lo que no puedo estar abierto al público. Los días que se abra será para encuentros artísticos. Si alguien quiere comprar puede contactar en la web.
La idea es ofrecer la galería a otros artistas, hacer talleres, exposición de obras, tertulias, catas, … dar un punto cultural abierto a los proyectos personales. Me gustaría, con cada artista, hacer un showroom, que reflejara cómo el arte se puede contextualizar en una casa. Y por otro lado quiero conseguir simbiosis entre los dos artistas, hacer encuentros nutritivos para todos.