En la Pascua del Espíritu Santo del año 1542, fue nombrado obispo de Chiapas el compañero y amigo de fray Luis Cáncer, Fray Bartolomé de las Casas.
La sintonía entre el Obispo y fray Luis era total sobre la defensa y protección de los indios. Juntos acudieron a la reunión de teólogos de Méjico que se celebraron los años 1545 y 1546, convocadas por Tello de Sandoval, delegado del rey de España. Allí defendió la causa de los nativos en una asamblea y obtuvo la dirección de la conversión de los indios de Florida, se decidió pedir al Rey la reivindicación de los derechos de los indígenas, así como el aumento de más misioneros. Fueron elegidos para esta misión el obispo Las Casa y fray Luis de Cáncer.1
EXPEDICIÓN A LA FLORIDA
La evangelización de Florida se había convertido en una preocupación entre los dominicos de Méjico. La península había sido descrita por Pánfilo Narváez y Hernando de Soto como muy hostil. Los misioneros que viajaron junto a cuatro expediciones militares anteriores, habían fracasado en su determinación de establecer una presencia misionera en la península de la Florida.
En 1547, fray Luis de Cáncer viajó de nuevo a España, desembarco en Sevilla y después se trasladó a la ciudad de Aranda del Duero, cerca de Caleruega, cuna de Santo Domingo de Guzmán, para reunirse con el Consejo de Indias, el Real Patronato responsable de todas las decisiones relativas a los nuevos territorios españoles en América y Asia. Tras sus éxitos misioneros en Guatemala, fray Luis Cáncer propuso una misión pacífica a Florida.
Fray Luis se ofreció al Consejo para dirigir la expedición misionera pacifista a la Florida. Los miembros del Consejo eran reacios a conceder esta petición, pero el éxito de los esfuerzos dominicanos en La Verapaz, fue fundamental en la obtención de su consentimiento. Un real decreto de 7 de diciembre de 1547, les dio su aprobación y apoyo financiero y comenzaron la tramitación de sus intereses; fray Luis Cáncer obtuvo una Real Célula, por la que se encargaba él “…e a otros religiosos della (de su Orden), que vayan a las provincias de la Florida a procurar traer de paz , e al conocimiento de nuestro Señor Díos, a los naturales dellas…”2
Fray Luis Cáncer consiguió las órdenes para que el virrey de Nueva España, favoreciera la expedición, cuyos barcos, pilotos y víveres debían correr a cargo de la Hacienda Real. También se concedió licencia a un labrador salmantino, llamado Luis Hernández, para que los acompañase, con la obligación, mediante salario conveniente durante dos años, de cultivar la tierra, sembrando trigo y poniendo viñas.
Fray Luis tuvo dificultad en España, para reclutar hermanos dominicos que le acompañaran en esta expedición; dispuestos “a comer el maíz crudo, tortillas o galletas con moho y mal olor”.
Sólo después de su regreso a Méjico, encontró compañeros veteranos de la provincia mejicana.
Regreso a Méjico en noviembre de 1548. Con la carabela desarmada “Santa María de la Encina”, capitaneada por Juan de Arena, navegó a Florida desde la Vera Cruz en 1549 pasando antes por La Habana, para recoger provisiones, le acompañaban fray Gregorio Beteta, fray Juan García, fray Diego Tolosa, un hermano lego llamado Fuentes y una mujer india que hacia de interprete y que había abrazado el cristianismo, se llamaba Magdalena.
Una vez alcanzaron la costa de Florida, los dominicos desembarcaron en la bahía del Espíritu Santo, siendo recibidos por los primeros indios. Sin embargo la acogida no fue buena, los misioneros intentaron apaciguarlos con regalos, pero pronto desaparecieron Diego de Tolosa y el hermano Fuentes, un marinero y la india Magdalena. Al preguntar por ellos les dijeron que habían ido a visitar al jefe de la tribu y que volverían pronto.
Tres días después llego a la carabela un español llamado Juan Muñoz, que habiendo desembarcado en aquellas playas con la expedición de Soto, fue apresado y hecho esclavo de los indios, el cual burlando la vigilancia de los naturales había alcanzado la embarcación. Este español contó, la traición de la india y el asesinato de los dos misioneros; al marinero que los acompañaba, lo retuvieron como esclavo.
Fray Luis Cáncer decidió desembarcar solo; pero fue también apresado por los indígenas, lo golpearon con catanas en la cabeza hasta matarlo, fue decapitado y comido por los indios, el día 26 de junio de 1549.
La expedición de Luis de Cáncer y sus compañeros dominicos en 1549 a Tampa Bay fue el primer esfuerzo exclusivamente misionero que se intentó en La Florida.
Terminó en un fracaso después de seis semanas con la muerte de Cáncer a manos de los nativos de Tocobaga, supuso una respuesta emocional de la comunidad misionera dominicana en la Nueva España durante muchos años.
El provincial de los dominicos de México, en carta a Felipe II, en 1558, opinaba que la entrada en aquellos territorios del padre fray Luis de Cáncer había sido realizada de forma temeraria; en ningún caso convenía que los misioneros fuesen solos, sino acompañados de gente civil honrada que les ayudasen en su difícil tarea.
RECONOCIMIENTOS A FRAY LUIS CÁNCER
Aunque no es un santo, es reconocido como protomártir en Florida. Su legado ha sido reconocido en todo el estado.
En 1860 el obispo Agustín Verot llamó a la primera parroquia de la Bahía de Tampa como iglesia de San Luis en su honor.
En 1918 en la iglesia de los dominicos de San Vicente Ferrer de Nueva York fue instalada en las vidrieras una representación de fray Luis Cáncer.
En 1965 la Hillsborough County Historical Society colocó una artística lápida en el Bayshore Boulevard, de Tampa, en recuerdo de los protomártires de la Florida, con un histórico relato de su martirio, empieza así: “Dominican Proto-Martyrs of America. A.D. 1549 – A.D. 1965. Near this spot in Tampa Bay, Frater Louis Cáncer…”3
Desde 1998, existe en la iglesia de San Petersburgo, un premio con el nombre le Luis Cáncer para el sacerdote mas distinguido por su altruismo y devoción al servicio de Dios.
La nueva iglesia del Espiritu Santo en Safety Harbor, que se encuentra próxima al lugar de su muerte, también tiene una vidriera del artista neoyorquino V. Rambudh representativa de su martirio.
En el museo de Florida existe un apartado dedicado a la vida de Luis Cáncer.
En 2011, la diócesis de Tampa, coloco un monolito en reconocimiento al esfuerzo de los misioneros católicos entre los que se destaca a Luis Cáncer.
El 12 de octubre de 2015, con motivo del 450 aniversario del comienzo de la colonización de la Florida, se abrió oficialmente, la causa de canonización de “Los Mártires de la Florida”, encabezada por fray Luis de Cáncer.
El instituto del Consejo de Fraternidades Laicales Dominicanas de América Latina y el Caribe (COFALC) lleva por nombre “Fray Luis Cáncer, OP.”.
LAS COPLAS DE LUÍS CÁNCER (K’EKCHI`)
La Biblioteca Newberry, de Chicago, Illinois, es bien conocida de los historiadores americanos por una colección que contiene más de 300 000 páginas y mas de 260 libros sobre la historia de las Indias Occidentales, entre esas páginas se encuentra “Un manuscrito K’ekchí del siglo XVI” que es parte de la colección William Gates y que compuso el monje dominico Fray Luis Cancer .
Los dominicos a cargo de la cristianización de los k’ekchi’s en el siglo XVI emplearon estrategias de traducción durante la evangelización. Se empeñaron con la participación de los nativos, en aprender las lenguas mayas con mayor número de hablantes.
Las Coplas de Luís de Cáncer es una colección de varias coplas, versos, himnos, sermones, en la lengua de Cobán de Verapaz, sobre los misterios de la religión escritos en el idioma k’ekchi’; el primer idioma maya utilizado en la cristianización del altiplano de Guatemala para escribir los textos catequéticos. Están compuestos por tercetos y la repetición sucesiva de palabras, además de las estrofas de cuatro versos, que contrasta con la sobria prosa de los catecismos españoles y latinos de la época.
Solo comentar (por falta de espacio) que esta formada por 38 coplas para recitar o cantar, están perdidos los temas 30 al 33.
Es una original exposición de la fe cristiana para recitar o cantar, tal vez en domingos a lo largo del año, previendo interrupciones por cosechas, lluvias u otras contingencias.
PUEDES LEER LA PRIMIERA PARTE AQUÍ
———————————————–
1Félix Zubillaga: La Florida. La misión jesuítica (1566-1572) y la colonización española, Roma, 1941.
2 Isabel Arenas Frutos. Intentos colonizadores en Florida a mediados del siglo XVI. Madrid 1992.
3 Protomártires dominicanos de América. 1549 d.C. – 1965 d.C. Cerca de este lugar en Tampa Bay, el hermano Luis Cáncer
Bibliografía consultada.
- Archivo General de Indias
- La Biblioteca del Congreso de Washinton, DC20250, tiene unos legajos de más de 600 páginas, donde aparece el siguiente contenido: Legajo 293 relates to missionary expedition fron Barbastro to Florida, 1549 (El Legajo 293 se refiere a la expedición misionera de Barbastro a Florida, 1549). https://www.loc.gov/rr/hispanic/asp/dclcmss.html
- José Luis Burguet Huerta, José Barrado Barquilla, Bernardo Fueyo Suárez (Coords.). Influencia lascasiana en el siglo XVI. – VIII Congreso de historiadores dominicos. 2006
- Agustín Estrada Monroy. El mundo K’ekchi de la Vera Paz. 1979
- Alberto Rodríguez OP. Fr. Luis Cáncer, OP. Ejecutor y Mártir de la Visión lascasiana. 2004.
- Isabel Arenas Frutos. Intentos colonizadores en Florida a mediados del siglo XVI. Madrid 1992.
- Antonio María Fabié. Vida y escritos de Fray Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapas.
- Tomo I. Madrid 1879.
- http://cofalc.org/2016/08/cursos-instituto-fray-luis-cancer-op/