Los recientes cumpleaños de Cándida Zalacaín y Carlos Blecua (Residencia Las Huertas), vecinos de Castillazuelo, que son centenarios desde los días 11 y 12 de abril, confirman a la localidad como una “reserva de longevidad” en el Somontano.
Las referencias anteriores fueron Julia Subías, Teresa Barón, Lucía Lacoma y Milagros Blecua, todas fallecieron con más de 100 años, en especial Lucia Lacoma que fue la altoaragonesa más longeva con cerca de 109 años. Al censo, se podría incorporar Pilar Domper que era natural de Peraltilla vivió casi toda su vida en Castillazuelo y falleció en Barbastro. En la comarca, Colungo ha sido localidad de centenarios, también. Se excluye Barbastro con mayor densidad de población.
Cándida Zalacaín Casasnovas nació el 11 de abril de 1922, hija única de José y Agustina, sin hijos de su matrimonio con Pedro Capdevall, vive sola en Casa Cándida, en la calle situada cerca del cauce del río Vero, no lejos del puente peatonal que lleva a la Plaza. En presencia de la sobrina Montse Orús y su hijo Sergio Bestué dice que “eso de cumplir 100 no sienta miaja bien pero doy gracias a Dios porque la familia no me deja sola y llego con salud. Mi primo Manuel me ha ayudado siempre”.
Disfruta de memoria envidiable para recordar su vida en la que ha pedaleado mucho, “la primera bicicleta que hubo en el pueblo fue mía y hasta hace poco aún la usaba. A todas partes iba en bicicleta, a Barbastro en invierno y en verano para aprender corte y confección, durante tres años. En cambio, al castillo nunca he subido porque es una cuesta empinada”.
La clave de llegar a su edad “es cosa de Dios porque mi padre se murió con 90 años y mi madre con 64 años en la cocina donde estamos, aunque no estaba reformada como ahora”. En el transcurso de su vida “he hecho de casi todo porque en esta casa eran gente trabajadora, no de las mejores del pueblo, ni siquiera había fregadera en aquellos años. Al ser hija única, me dieron caprichos, aunque me ha tocado trabajar mucho porque mi marido que era carpintero en Tarrasa falleció enseguida, solo me duró seis años”.
Una de las tareas habituales en su vida, “escoscar almendras en El Pueyo, íbamos tres vecinas con Carmen Puzo y Eugenia Barón cuya madre Lucía falleció en mayo de 2020 con cerca de 109 años. Ahora me lo tomo con calma, hago la comida y hasta hace poco aún salía por el pueblo. A misa voy porque durante 20 años he sido sacristana del párroco Jaime Mozás con quien colaboraba en varias tareas, entre ellas bajaba al Banco la recaudación de las misas pero le dije que la libreta la guardara él”.
Respecto a la longevidad vecinal de Castillazuelo, “dicen que es por el agua del río Vero, aunque no estoy segura. De todas maneras, aunque no bebo vino conservo los toneles con madre de hace 300 años”. Cándida nunca uso mascarilla porque ha sido la primera pandemia en su vida, “hubo una gripe muy fuerte pero no había nacido. Ha sido una experiencia nueva”.