En el día de la mujer, mi esposa Rosalía y un servidor Paco, hemos creído conveniente hablar del nacimiento de la mujer
Si, estamos hechos de tierra, agua, aire y fuego unidos por Amor
Pero ni tú ni yo, ni nadie hemos nacido solos. Hemos necesitado un hombre y una mujer : padre y madre que, uniendo sus sangres, han hecho brotar la tuya. No podemos nacer sin el querer de nuestros padres. El mismo Dios, al comenzar el tiempo, pensó en una Familia suya para hacerse Hombre. Hemos venido a la vida por amor de otros, para que amemos a los demás. Por eso el primer hombre necesito una compañera.
Escucha las palabras más viejas, hondas y verdaderas que poseemos, los hombres:
“Y se dijo Yahvé Dios”: No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda semejante a él.” Y Yahvé Dios trajo ante Adán todos cuantos animales del campo y cuantas aves del cielo formó de la tierra, para que viese como los llamaría, y fuese el nombre de todos los vivientes que él como los llamaría, y fuese el nombre dee todos los vivientes que él les diera. Y dio Adán nombre a todos los ganados , y a todas las aves del cielo, y a todas las bestias del campo; pero entre todos ellos no había para Adán ayuda semejante a él. Hizo pues, Yahvé Dios caer sobre Adán un profundo sopor ; y dormido, tomó una de sus costillas, cerrando en su lugar la carne, y de la costilla que de Adán tomara, formó Yahvé Dios la mujer y se la presentó a Adán. Adán exclamó:
“Esto sí que es ya hueso de mi hueso y carne de mi carne.
Esto se llamará mujer, porque del varón ha sido tomada.
Dejará el hombre a su padre y a su madre,
Y se unirá a su mujer
Y vendrán a ser los dos una misma carne. “