Leonardo Subías, vecino de Salas Altas, cumplió el pasado 28 de marzo un año desde que le ingresaron en el Hospital de Barbastro quejado de la Covid-19 que le detectaron al regreso del viaje de vacaciones. Hasta el 17 de septiembre de 2020 no le dieron de alta tras una larga estancia de 184 días, de ellos 158 los pasó en la Unidad de Cuidados Intensivos. Leonardo fue uno de los primeros casos de Covid detectados en la provincia y se considera “un superviviente”.
Un año después, ha recuperado la normalidad de la vida cotidiana “con calma y sin prisa, controla los esfuerzos, hace rehabilitación y caminamos cerca de 6 km. por los alrededores de Salas Altas, casi hasta el punto culminante de La Candelera” señala su esposa Inma con un “¡no me quejo! de como se ha recuperado porque, incluso, se sube al tractor para realizar pequeñas tareas entre los viñedos”.
A estas alturas, Leonardo recuerda el año 2020 como “un borrón en mi vida, de marzo a julio del año pasado no recuerda nada, me lo han contado todo. Es una victoria y estamos contentos porque solo quedan pesadillas de la larga estancia en la UCI. Aún vienen a la memoria malos sueños que pasé, entre ellos que me iba del Hospital al pueblo, que aparecía en casa sin saber cómo y una enfermera decía cosas. Con mirada retrospectiva alucino con lo que he pasado”.
Inma recuerda que “aquella etapa fue muy dura para la familia y mis hijos Leo e Inma fueron dos baluartes en las visitas diarias para ver a su padre tras el cristal. En mi caso, aún tardé hasta que lo trasladaron a planta. Hace vida cotidiana y viaja a Barbastro en el coche” explica Inma quien estuvo a su lado cuando salió del Hospital por su propio pie, con ayuda.
El componente familiar trae a la memoria “la excelente calidad asistencial por dedicación, trabajo, atenciones, humanidad y profesionalidad en el Hospital. Es una suerte que lo tengamos a mano porque estamos en buenas manos, en todos los sentidos”. Leonardo se considera “un superviviente” por su larga estancia que le situó, entonces, entre los enfermos que más tiempo pasaron en la Unidad de Cuidados Intensivos. En su caso concreto, superó las estadísticas de supervivencia del 83% en hospitales de Aragón donde la edad media de los enfermos ingresados estaba entre los 65-70 años.
Se refiere a los consejos, “la Covid-19 exige cuidados y disciplina, esto no es ninguna broma, afecta al más pintado y deja la salud mermada. Requiere de control, uso de mascarillas, cumplir las normas sanitarias porque con la salud no se juega y esto no ha terminado. La vacuna es la esperanza para miles de personas”. Respecto a las secuelas, “quedan cositas y la fatiga que es habitual en casi todos. Mi vida está muy regulada, bastante bien, soy el primer asombrado después de todo lo que he pasado”.