El Ayuntamiento de Peralta de Alcofea ha reclamado al Obispado de Huesca la devolución de la antigua iglesia de El Tormillo, de propiedad municipal, registrada entre el patrimonio diocesano, en mayo de 2015. Obdulia Gracia, alcaldesa de la localidad, confía en “la buena disposición” para normalizar la situación y justifica la propiedad con documentos acreditativos. En la reciente reunión con el obispo Julián Ruiz le trasladó el interés municipal por recuperar el inmueble como paso previo y necesario para reclamar la devolución de la portada románica de la iglesia de El Tormillo, que se desmontó para su traslado a Lérida en 1893 por iniciativa del obispo Messeguer, sin respetar la Ley Municipal de 1877.
La portada está en la iglesia de San Martín que ha sido declarada bien cultural de interés nacional por la Generalitat, en categoría de monumento histórico. Antes de esta declaración ya era Bien de Interés Cultural (BIC) desde junio de 2009 por iniciativa del Gobierno de Aragón.
En el momento que el Ayuntamiento se planteó la posibilidad de reclamar la devolución de la portada, se percató que el antiguo inmueble lo había registrado el Obispado de Huesca en mayo de 2015 entre los bienes del patrimonio diocesano junto con las iglesias de Peralta de Alcofea, Lagunarrota y El Tormillo.
La posibilidad de que el Ayuntamiento reclame la portada pasa porque sea propietario, condición que no se da en estos momentos. De ahí el interés de Obdulia Gracia por reunirse con el obispo para “normalizar la situación conscientes de que no hubo mala fe”. Fuentes consultadas al respecto informaron que “todo pasaría por un procedimiento amistoso en el Juzgado o ante Notario, en el ámbito de buena disposición entre las partes”. La alcaldesa salió “satisfecha” de la reunión “el obispo entiende la situación con los documentos aportados pero tiene que tratarse todo en Consejo antes de tomar decisiones. Creo que no habrá problemas porque percibí buena disposición”.
Gracia aportó documentación del archivo de la DPH según la cual, “las tres iglesias del municipio de Peralta son de propiedad municipal desde 1876 pero el Obispado las registró entre su patrimonio en mayo de 2015”. En este aspecto indicó que “el Ayuntamiento no reclamará la propiedad de las iglesias dedicadas al culto religioso. En cambio, la situación de la antigua de El Tormillo es diferente si queremos reclamar la portada románica”.
Las acciones para reivindicar la devolución comenzaron en 2011 por iniciativa del Ayuntamiento al mismo tiempo que el de Berbegal por el frontal de El Salvador, en la etapa del alcalde Miguel Ángel Puyuelo. La demanda presentada a través del abogado Jorge Español, se planteó como supuesta apropiación indebida, se razonó que no hubo donación y los documentos acreditan la propiedad aragonesa.
El Obispado de Huesca ha reclamado, desde la etapa de Javier Osés (1977-2001) la devolución del frontal de El Salvador (Berbegal) y las tablas góticas de la iglesia de Peralta de Alcofea, sin resultado. El frontal es la obra más destacada en el Museo de Lérida mientras las tablas no figuran entre las obras expuestas al público.
Iglesia, hospedería, almacén y solar
La portada románica data del año 1200 de cuando la iglesia de El Tormillo fue parroquia adscrita al Obispado de Lérida hasta que pasó a Huesca tras el reajuste de límites diocesanos. Se desmontó, piedra a piedra, en 1893 por orden del obispo Messeguer que entregó 375 pesetas al rector de El Tormillo. La antigua iglesia se adaptó para hospedería de peregrinos del Camino de Santiago y más tarde fue almacén de grano al servicio del pueblo. El edificio se desmoronó en 1982 ante la indiferencia del Obispado de Lérida y estaba abocado. a una suerte irreversible.
El Ayuntamiento de Peralta fue el promotor del proyecto de consolidación de muros de la antigua y el espacio actual se rescató de la ruina treinta años después con recursos del programa de Conservación del Patrimonio Rural del programa Leader 2007-2013 que gestionó Ceder Somontano con proyecto de José Antonio Pardina, arquitecto de la Comarca. La inauguración de las obras se realizó en septiembre de 2011 en plena campaña reivindicativa por la devolución del patrimonio y se aprovechó con fines electorales. Si el inmueble hubiera sido del Obispado de Huesca, estas obras no hubieran sido posibles.