Ya sabemos que las fábulas son unos cuentos, por lo general breves, bien en prosa, bien en verso, protagonizados normalmente por animales o cosas inanimadas, que se comportan como los seres humanos y que terminan con una moraleja, una lección.
El primer fabulista conocido es el griego Esopo (s. VI a.C.), que escribirá en prosa (La cabra y el cabrero, La zorra y el cuervo, La cigarra y la hormiga, El agricultor y la serpiente…), después vendrá Fedro, autor latino de cinco libros de fábulas, que escribió en verso en la época imperial (s. I d.C.), siguiendo a Esopo (La zorra y las uvas, La zorra y la máscara…); otros autores más modernos serán el francés La Fontaine (s. XVII), los españoles Iriarte (s. XVIII), que escribía en verso (El pato y la serpiente, La cabra y el caballo, El jilguero y el cisne…), Samaniego, también del siglo XVIII, que escribió 72 fábulas en verso (La zorra y la viña, El león y el ratón, Las ranas pidiendo rey, La gallina de los huevos de oro, Las moscas…), siguiendo a los tres anteriores, o John Gay, (s. XVII-XVIII), el primer fabulista en escribir en Inglés y en verso.
Las moscas
A un panal de rica miel / dos mil moscas acudieron, / que por golosas murieron / presas de patas en él. / Otra dentro de un pastel / enterró su golosina. / Así, si bien se examina, / los humanos corazones / perecen en las prisiones / del vicio que los domina.
Además de las palabras fábula y fabulista, tenemos estas otras derivadas cultas: (con)fabular, (con)fabulación, fabulador / -a, fabuloso / -a, fabulismo (en Perú, «Facilidad para componer fábulas o imaginar relatos de pura invención»), fablar («hablar»), hoy desusado, falar (en Portugués), fablans, fabla, fablar, fablador / -a (en Aragonés), faula (en Català), favola (en Italiano); y con mayor evolución fonética otras como: hablar, hablante, hablanchín / -a, habladera (en algunos países de Sudamérica, acción de hablar mucho, y en Méjico, chisme, noticia que pretende indisponer), hablador / -a, habladuría, hablista («Persona que se distingue por la pureza, propiedad y elegancia del lenguaje»), habla (como sustantivo femenino).