Iris (en griego Ἶρις) era hija del Titán Thaumas y la Oceánide Electra y hermana de las Arpías. Descrita en Homero como “patas de viento” y “patas de tormenta”, así como “alada de oro” y “rocío”, al igual que su homólogo masculino Hermes, era a menudo retratada con sandalias aladas (talaria) y un bastón de mensajero (kerykeion).
Era a la vez una personificación del arco iris y un mensajero divino. Los antiguos griegos combinaban estas dos funciones, ya que, como fenómeno meteorológico que anuncia el final de la tormenta, el arco iris parece conectar el cielo y la tierra, y, por extensión, sólo era conveniente que su espíritu sirviera de enlace o vínculo entre los dioses y los mortales.
La mayoría de las obras de arte la representan en forma de un hermoso arco iris, o como una bella doncella. Llevaba alas en los hombros y normalmente una jarra en una mano. Su nombre combinaba las palabras griegas para “mensajera” y “arcoíris” para significar su doble función.
Los antiguos griegos consideraban a la diosa la contraparte femenina de Hermes, ya que en un primer momento sirvió como mensajera del Monte Olimpo, especialmente de la diosa Hera. También usaba su jarra para recoger agua del océano y llevarla a las nubes, o bien para recogerla de la laguna Estigia, el río sombrío que separa el mundo de los seres humanos del inframundo.
Como derivados en nuestra lengua la tenemos en varias palabras como irídeo / -a o iridáceo / -a (“De una familia de hierbas como el lirio hediendo o íride y el azafrán”), iris (“Disco membranoso y coloreado del ojo de vertebrados y cefalópodos”), iridología (“Diagnóstico de enfermedades por medio de la observación del iris del ojo”), iridólogo / -a, iritis o inflamación del iris del ojo, iridiscente (“Que muestra colores como los del arco iris”), irisar (“Presentar reflejos de luz, con colores parecidos al arco iris”), irisación, irisado / -a o hasta el elemento químico llamado iridio (Ir).