El barbastrense Luis Palacio Nacenta se murió sin cumplir una de sus ilusiones, subir al Teide, pico más alto de España. Un paro cardíaco le fulminó durante la estancia en Tenerife con su esposa María Ángeles. La cima lejana del Teide le quedó en la retina. A los barbastrenses nos queda el recuerdo de su labor profesional en el sector de electricidad en la empresa propia (Ripal) hasta la jubilación. Al mismo tiempo tuvo en la apicultura una de sus grandes aficiones en la que demostró grandes conocimientos con elaboración de miel de sus propias colmenas. Gracias a la confianza de los apicultores fue presidente de la Asociación Provincial en Huesca.
Además, fue uno de los fundadores de la asociación cultural “El Vivero” de cuya directiva formó parte desde 1980 hasta el cierre de la escuela-taller en 2017. Balbina Campo, directora de la escuela, destaca de Luis que fue “uno de los pilares fundamentales por su contribución desinteresada tanto en el taller como en todas las actividades, entre ellas la Feria de Artesanía desde la primera en plaza de San Francisco y los traslados posteriores a Plaza del Mercado y Recinto Ferial”.
Se le recordará, también, por su vinculación a Montañeros de Aragón de cuya directiva formaba parte como responsable de material entre el colectivo que preside José Masgrau. En la información remitida a los socios, califica de “tremenda desgracia esta pérdida” y define a Luis con tres palabras, “gran vitalidad, enorme generosidad y muy servicial”. Los compañeros de senderismo y de montañismo le recuerdan con el afecto propio de “excelente compañero, jovial y entrañable”. La muerte que le sorprendió muy lejos de Barbastro ha causado sensaciones sociales cercanas porque Luis era muy conocido en el ámbito familiar con María Ángeles y sus cinco hijos. El sepelio celebrado en la iglesia de San Francisco fue el mejor testimonio.